Autora: Ana Galán
Ilustrador: Javier Delgado
Editorial: Destino
Edad: 7-11 años
Primera edición: 2016
Categorías: aventuras, ficción
Páginas: 128
Dragones voladores, castillos, aventuras, buenos y malos, y el único dragón que no puede volar…Mondragó. El travieso Mondragó vuelve a hacer de las suyas. Alborota a todos los dragones en las dragoneras del colegio y el director le da a Cale un ultimátum: si quiere seguir llevando a su dragón con él, debe ir todas las tardes a la dragonería para que sea adiestrado. Una vez allí, Antón, el dragonero, le pide ayuda a Cale con las incubadoras de las futuras crías de dragones. El trabajo parece fácil, hasta que alguien…o algo…los encierra en la incubadora horno de los compactiformes y unos extraños seres disfrazados de plantas roban algunos huevos de dragón. ¡URGENTE! ¡Cale y sus amigos deben recuperarlos antes de que sea demasiado tarde!
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Un mundo de fantasía donde cada niño tiene su propio dragón. Cale es el dueño de Mondragó. Un animal juguetón, muy inmaduro, pero con un corazón noble y siempre de buen humor. Al principio le decepcionó ser el único de su amigos cuyo mascota no volaba, pero ahora no lo cambiaría por nada. Además eso ya no es problema desde que tiene su propio mondramóvil para enganchárselo y poder desplazarse sin problemas. Que le hizo su amigo Casi.
En su pandilla se juntan chicos de diferentes personalidades que consiguen complementarse y forman un grupo dispuesto a correr cualquier aventura juntos. Casi es introvertido e inteligente que cuando más feliz es construyendo extrañas máquinas y su dragón es Chico. Arco es el típico amigo que todos tenemos que es un trasto, pero leal e incondicional. Sus padres le hacen ir con un casco siempre por si acaso y su mascota es Flecha. Mayo es la chica del grupo, la más estudiosa y no le falta valor para enfrentarse con Bruma a cualquier enemigo.
Toda la pandilla asistía a las clases del profesor Trabuco. De repente llegó una paloma mensajera. El mensaje era una llamada al despacho del director a Cale. El chico no sospechaba que podía ocurrir. Resulta que Mondragó había roto las vallas de las dragoneras del colegio y tenía alborotados al resto de dragones. La orden era muy clara o lo llevaba a que Antón el criador de dragones le ayudara a adiestrarlo o no podría llevarlo a la escuela. La duda le asaltó porque llevaba mucho tiempo entrenando para el torneo. No sabía que hacer, pero no se imaginaba yendo a pie o que lo llevaran sus padres con sus dragones.
Decidió conseguir educar a su amigo con la ayuda de Antón y lo mismo llegaba a tiempo de los entrenamientos. Cuando llegó se puso a ayudar a el dueño de la dragonería. De una manera inconsciente conocerá los seis tipos de dragones y como hay que cuidar cada tipo de huevos para que lleguen a eclosionar. En esta tarea estaba cuando algo bloquea una de la cabañas que sirven de incubadoras. Tras romper una ventana para poder respirar, verá como unos matorrales destrozan todo a su paso robando los huevos de dragones.
Creo que si lees 50 cosas sobre mi dije que me gustaban los cuentos infantiles, así cuando lo abrí y vi las ilustraciones ya me maravilló. Son 128 páginas, ¿eh? Hay texto muy bien desarrollado. Contando al detalle un mundo imaginario, es algo que me gusta mucho de la fantasía. Crea a Samaradó con su propio mapa y diferentes costumbres. El hecho de visualizar cada personaje, dragón o incluso lo que no se ve, mola. El cuento con las ilustraciones hacen un tándem perfecto. Por la introducción deduzco que antes hubo más aventuras y al final deja abierta la aventura que parece muy prometedora.
Sé que es esencial que el niño vaya adquiriendo el hábito de la lectura y pienso que este libro puede ser un regalo perfecto para ello. Contiene una lectura rápida y amena. Las ilustraciones a esa edad facilitan la lectura. Y los valores que transmite desde el compañerismo y la lealtad a el trabajo duro y no rendirse puede ser una buena manera de inculcarlo. Especialmente me gustó incluir un personaje como Mayo porque es un libro que tanto lo puede leer un niño o una niña. Sinceramente, creo que todos los cuentos deberían ser unisex. Altamente recomendado si tienes un infante al que quieras.