El guapo empresario Sergio Figueroa descubre que su padre no fue quien lo crió, sino un emigrante que murió en Argentina, dejándole una cuantiosa fortuna justo cuando su compañía está a punto de quebrar.
Para recibir la herencia, sólo debe cumplir dos requisitos: contar con pareja estable y ser un ferviente católico. Su único problema es que cada día se acuesta con una mujer distinta.
Tiene cuarenta y ocho horas para engañar al albacea, y sólo una oportunidad: Susana, una tímida becaria que se hará pasar por su esposa. ¿Conseguirá el dinero para salvar a su empresa? ¿Será Susana capaz de cambiar a este calavera?
¿Qué estarías dispuest@ a hacer para obtener una herencia?, justamente en esto se ve envuelto nuestro protagonista Sergio, un cuarentón atractivo frente al que prácticamente, ninguna mujer, se queda indiferente. Le va bien en la vida, con una empresa prospera, con mucho dinero por no decir rico, divertido y por encima de todo, sus escarceos amorosos lo habían convertido en todo un don Juan moderno, quizá lo único que le faltaba era afianzar una relación de verdad, pues como ya dijera antes, se dedicaba a relacionarse con cuanta mujer se le cruzara: el objetivo era tener mucho sexo pero un compromiso real no estaba en sus planes.Sin embargo y por los interminables cambios que nos presenta la vida de esos en los que tan pronto estás arriba como también puedes estar abajo, una vuelta de tuerca hace que Sergio se vea amenazado con perder su fortuna, su empresa y todo cuanto tiene hasta ese momento por culpa de un empleado inescrupuloso que le ha robado durante mucho tiempo. En tanto, hará aparición un abogado que le dirá que recibirá una herencia de su verdadero padre con lo cual se dará cuenta que al que creyó su progenitor no lo era y que su santa madre, tampoco lo era tanto. Por si fuera poco, su última relación amorosa resultó ser con una loca perdida, algo así como como Glenn Close a través del personaje Alex Forest de “atracción fatal” una película de los 80 y, para colmo de males para salvar su empresa y recibir la tan ansiada herencia, deberá cumplir con dos condiciones: estar casado y ser católico practicante, lo cual resulta una verdadera ironía frente a su espíritu donjuanesco y de calavera.
¿Cómo resolverá tantos problemas?, es un tipo con suerte y como tal, recibirá ayuda divina aparecerá como caída del cielo Susana, quien se presentará para trabajar en su empresa, la cual tras una serie de divertidas escenas, se convertirá en “la mujer” de nuestro devoto protagonista.Debo decir que es una historia con mucho sentido del humor y también del ridículo, es cierto que en los últimos tiempos estamos siendo bombardeados por novelas eróticas y aunque Anderson no ha escatimado en describir escenas subidas de tono, tampoco escatima en relatarnos un argumento paralelo que trasciende el mero erotismo, haciendo que la lectura sea fácil, entretenida y por si fuera poco Silvie, utilizando su ingenio hasta la última página, ha dejado una incógnita a resolver en una próxima entrega.
Sobre la autora :Escribe desde temprana edad, fundamentalmente cuentos cortos. Su madres le decía siempre que tenía la cabeza entre las nubes. Y era verdad. Las mejores anécdotas que contaba eran imaginadas, hasta que un día lo descubrieron. Entonces, se dedicó a emborronar papeles con toda clase de historias. Ajora ha dado un paso más, con su primera novela erótica. Próxima entrega : "Prométeme que regresarás".
María Loreto