SINOPSISUn thriller en el que los libros te guiarán a través de un mundo de misterio y magia.«Anna, estás encerrada en un lugar que no existe»El escéptico periodista Jon Vivaldi se halla inmerso en Proyecto XI, una investigación con la que pretende desvelar los fraudes sobre los que se asientan las ciencias ocultas. Justo antes de su desaparición remite un extraño correo a su editora y amiga, Anna Krauss, pidiéndole que acuda en su ayuda a un viejo inmueble situado en la calle Poeta Cabanyes de Barcelona. En el interior del edificio Anna encontrará el ordenador portátil de Jon y el diario de Bastian, un niño que treinta años atrás vivió en aquel lugar ejerciendo de adivinador. Con la ayuda de Víctor Crest y su equipo de investigación, Anna iniciará la trepidante búsqueda de Jon Vivaldi, una carrera contra reloj que la conducirá hasta el macabro asesinato de Rosa Marino, cometido en 1974, que a su vez forma parte de una trama mayor, de una larga cadena de acontecimientos iniciada en Finlandia…Todo comenzó en Finlandia.Mediante un laberinto de pistas y referencias literarias, Francesc Blanco compone una frenética novela repleta de giros inesperados en la que el misterio y la literatura son los ingredientes principales. Un relato que recuerda los universos paralelos de novelas como La historia interminable; un homenaje a grandes obras literarias de todos los tiempos —Alicia en el país de las maravillas, Anna Karenina, 2666, Rojo y negro, Cien años de soledad…– que, como frágiles hilos invisibles, se convierten en las protagonistas del texto, guiando al lector hasta un sorprendente final.
OPINIÓNHoy os quiero hablar de una novela absorbente que engancha desde la primera página y que, al final, dan ganas de matar a su autor —al menos cuando tenga listas las siguientes entregas.Quienes me sigáis por las redes sociales ya podréis imaginar que hablo de Proyecto XI, una historia que me ha tentado a dejar de dormir y vivir a base de cafés para poder seguir leyendo.“—¿Un niño? Eso no es un niño. Y quiere matarme…Entonces llegó el miedo. A una velocidad vertiginosa ascendió anulando los sentidos, vaciando el pecho, agitando su respiración. El corazón se aceleró y la sudoración perló su frente. Luna continuaba hablando, pero aunque Anna oía su voz era incapaz de comprender el sentido de las palabras. No conseguía domar a la angustia, y era incapaz de apartar los ojos de la puerta cerrada. Se sentía recluida en un demencial mundo que solo contaba con dos habitantes: ella y el ser que se mantenía oculto al otro lado esperando la ocasión propicia para hacerle daño”.La pega que le pongo, y motivo por el que escribí toda clase de improperios al autor en cuanto finalicé la lectura, es que se trata de una primera parte. Sí, damas y caballeros, no sé con cuántas contará, pero al menos una segunda la habrá —o sino Francesc Blanco morirá a mis manos.Pero no os preocupéis, la incógnita que mueve esta primera investigación queda cerrada, aunque el resto de temas y preguntas que se van abriendo a lo largo de la novela te dejan impaciente por seguir.“—Acudí convencido de que presenciaría un burdo montaje, tal y como me había sucedido en tantas otras ocasiones. Sin embargo, solo con verte, supe que no era así.—Pero… ¿Qué buscabas?—No es oro todo lo que reluce, y hoy llamamos magia a lo que mañana será ciencia. Buscaba una aguja en un pajar. Y la encontré…”.
Isabel del Río
Septiembre 2015