Después de la inesperada muerte de su padre, Layken, de 18 años de edad, se ve obligada a ser el sostén de su madre y hermano menor. Por fuera parece ser resistente y tenaz, pero por dentro está perdiendo la esperanza. Entonces aparece Will Cooper, el atractivo nuevo vecino de 21 años de edad con una pasión por la poesía Slam y un peculiar sentido del humor. Pocos días después de conocerse, Will y Layken forman una conexión intensamente emocional que le da a Layken un renovado sentido de esperanza. No mucho tiempo después de una intensa primera cita ambos son golpeados hasta las entrañas cuando una impactante revelación fuerza su nueva relación a un alto repentino. Las interacciones diarias se hacen increíblemente dolorosas mientras luchan por encontrar un equilibrio entre los sentimientos que los unen y el secreto que los mantiene separados.Lissy asoma la cabecita castaña por una esquina del telón ante de que este se levante de improviso. Ooops! He quedado al descubierto.
¿Habéis escuchado alguna vez hablar de la poesía Slam? La que verdad es que yo nunca, hasta que leí este libro. Antes de entrar un poco más en el argumento y la reseña propiamente dicha, os explico un poco de qué va el tema del Slam.
Wikipedia dice: El Slam es un formato de recital que implica el público y que celebra a micrófono abierto a cualquier persona poeta. El público se implica de dos formas. Primero forman el jurado. Segundo, el micrófono abierto hace que todos tienen la oportunidad de recitar. El Slam también, puede ser un tipo de poesía.
Narrado en primera persona desde el punto de vista de Lake (?), nuestra protagonista, Slammed fue uno de esos libros autopublicados que dio pie al New Adult. A diferencia de otros libros de este género autoproclamado, Slammed no trata sobre sexo, drogas, fiestas salvajes y relaciones dañinas.
Después de la muerte de su marido, la madre de Lake decide hacer maletas y comenzar un nuevo capítulo en Michigan. Por supuesto Lake no está del todo contenta con la decisión. No le apetece abandonar la casa donde nació y creció y donde quedan los ultimos recuerdos de su padre, pero apenas se baja del coche conoce a Will, el vecino de enfrente, y la quimica instantanea entre ambos le hace pensar que, después de todo, mudarse a Michigan quizás no fuese tan mala idea. Pero Will carga sus propias responsabilidades y quizás no haya lugar para Lake en su vida.
No quiero extenderme mucho en esta reseña así que vamos a lo básico. Si bien no creo que Slammed sea un libro original ya que recurre a un tema que hemos visto con bastante frecuencia en las series de televisión (y el cual no os voy a decir cual es porque seria un spoiler en mayúsculas) si me ha gustado encontrarme con personajes atípicos como es el caso de Will.
No creo que haya muchos como el y si bien se me ha hecho un poco raro toda su historia y las responsabilidades que carga, no me ha disgustado. Como lectora no estoy acostumbrada a encontrarme con personajes así de reales, pero sobre todo con tanto sentido de la responsabilidad y el valor de la familia. Creo que este personaje, en conjunto con todo el tema de la poesía Slam, son lo mejor del libro.
En contraposición, no me ha gustado que, hacia el final del libro, la autora convirtiera a Lake en un reflejo del co-protagonista. Mientras leía las últimas páginas del libro me invadió una sensación de repetición constante que convirtieron la lectura en algo tedioso. Comprendo que la situación lo requería, pero pienso que hubiese sido suficiente con que uno de los dos personajes pasara por esa experiencia en lugar de los dos.
En resumen, como he dicho antes, la lectura se hubiese hecho más amena si la autora no hubiese forzado la historia de una manera que lleva a los dos protagonista a vivir una misma situación. Dejando eso de lado, creo que Slammed es una lectura fresca, sencilla, sin pretensiones, que habla sobre la pérdida, el valor de la familia y sobre cómo al final de la tormenta siempre sale el sol.