Título en español: La probabilidad estadística del amor a primera vista
Autora: Jeniffer E. Smith
Editorial: Poppy/Little Brown
ISBN: 9780316122382
¿Desde cuándo son puntuales los aviones a la hora de despegar?
Hadley ha llegado cuatro minutos tarde, lo que, bien pensado, no parece mucho: una pausa para la publicidad, el descanso entre dos clases, el tiempo que lleva calentar un plato precocinado en el microondas. Cuatro minutos no son nada.
Cierra los ojos solo un instante y, cuando los vuelve a abrir, el avión ha desaparecido.
Los caprichos del destino y las casualidades de la vida son el motor de esta conmovedora novela sobre lazos familiares, segundas oportunidades y primeros amores. Desarrollada a lo largo de 24 horas, la historia de Hadley y Oliver nos convence de que el amor verdadero puede aparecer en nuestras vidas cuando menos lo esperamos
Había leído reseñas realmente buenas de éste libro y estaba deseosa de adentrarme en su lectura, sobretodo porque, a diferencia de la opinión general, me encanta la portada y ya todos sabemos lo que viene a continuación cuando eso pasa –lo siento no puedo evitarlo, es algo que no está en mi jiji-. Sin embargo, siento que me dejé algo por el camino mientras leía éste libro y no estoy hablando de lo referente al idioma porque he logrado superar también eso. Creo que estoy hablando más bien de que elegí un mal momento y las circunstancias erróneas para zambullirme en la lectura de un libro que, por norma general, debería haberme encantado.
Contado en tercera persona desde la perspectiva de Hadley, ¨La probabilidad estadística del amor a primera vista¨ es una novela fresca, divertida, ligerita, muy juvenil. Hadley es una adolescente como otra cualquiera, con sus miedos, sus inseguridades y por supuesto, todos lo problemas que se deben superar a esta edad. Es atrevida, valiente y no duda en tomar decisiones arriesgadas cuando lo cree conveniente. Pero también es una chica que de alguna manera no puede evitar estar enfadada con el mundo.
Sus padres se han divorciado, a penas ha visto a su padre en un año y ahora debe viajar a Londres para ser una de las damas de honor de su boda. Pero cuatro minutos cambiarán su viaje, su perspectiva en cuanto a al relación con su padre y quizás, sólo quizás, el amor llegue a su vida de la forma más inesperada.
Hadley pierde su vuelo a Londres y en el desenfreno y la inseguridad de lo que pasará a continuación, choca con Oliver. Primeras palabras, primeras miradas, primeras casualidades. Hadley encuentra un hueco en el siguiente avión y, como no, Oliver es su compañero de asiento.
Oliver es un chico no mucho mayor que ella, una tanto friki pero muy dulce. Un tanto misterioso a la hora de desvelar la carrera que estudia –sorpresa final!!- y muy divertido. Sus diálogos durante el tiempo que pasan en el avión son frescos y ligeros, aunque inteligentes. Vamos, el compañero de vuelo ideal.
Ahora vamos al punto de porque siento que esta novela me decepcionó. Faltaba un día – o más bien algunas horas- para que yo tomara mi propio vuelo destino a Atlanta cuando este libro cayó en mis manos. Vaya casualidad! Estaba encantadísima y con unas ganas locas de sentarme junto a la ventanilla del avión para comemnzar la lectura. Y así fue. Nada más salir de Miami comencé a deborar página tras página y entre más leía, más rara me iba sientiendo. Era como si de un momento a otro esperara que un Oliver hiciera acto de aparición en mi campo de visión. Como podréis suponer no fue así y para cuando finalmente llegué a Portland –el viaje a Atlanta era un vuelo de enlace- ya había decidido que nunca debes forzar las cisrcunstancias de un libro en la vida real. Supongo que al hacerlo La probabilidad estadística del amor a primera vista perdió ese encanto que podría haber tenido si me lo hubiese leído un día de lluvia acurrucada en casa.
Sin embargo, no es un libre que deje de recomendar. La historia, a pesar de sencilla, es muy tierna y dulce, y no solamente en lo referente a la historia de amor que esconde, sino también a la relación padre e hija y los problemas que Hadley debe superar para llevarla a buen punto. Apuesto a que más de uno disfrutaría del libro, pero solo para asegurarnos, por favor no lo leáis en un aeropuerto.