Autora: Ana Julia Martínez Fariñas
Libro único
Lidia, una joven con pareja, y con buen puesto de trabajo, decide romper con todo. Así, se marcha sin rumbo ni destino. En un pueblo costero, caminando por la playa, una mañana conoce a Giacomo, un italiano que se encuentra paseando a su perro. Sienten una fuerte atracción desde el primer momento, por lo que durante los días siguientes, vivirán una profunda historia de amor. Lidia se da cuenta de que es el hombre de su vida, pero Giacomo ha enviudado recientemente y contempla la existencia desde una perspectiva más liviana desde entonces. Todo lo contrario que Lidia, quien no puede evitar magnificarlo todo. En este momento el lector conocerá el gran secreto de nuestra protagonista y el porqué de la actitud de los últimos tiempos: unas pruebas médicas le diagnosticaron una grave enfermedad degenerativa que en poco tiempo podría acabar con ella.
Este libro me llegó desde Ediciones Atlantis hace ya un par (o quizás más) de semanas y confieso que lo comencé a leer el mismo día que llegó, pero al principio me costó mucho coger el ritmo de la lectura.Narrado en primera persona desde el punto de vista de Lidia, la protagonista, el libro nos acerca a la desesperada situación en la que esta se encuentra al descubrir que puede padecer de una enfermedad terminal.
El personaje principal obviamente es Lidia, una joven con una buena vida que al encontrarse en este punto inseguro de su vida decide romper con su presente y reconciliarse con su pasado. Alcanzado este nivel de equilibrio, decide marcharse sin rumbo fijo y en la playa de un pueblo costero conocerá a Giacomo, del cual se enamorará perdidamente. Si bien es cierto que un momento de inseguridad como el que nuestra protagonista atraviesa se ve la vida desde un punto de vista bastante ligero, me pareció excesiva la rapidez con la que se enamoró de Giacomo, y aunque alguien puede alegar desesperación e incertidumbre en sus actos, me pareció igualmente excesiva la rapidez con la que cayó en su cama. De más está decir, supongo, que nuestra protagonista femenina no es un personaje que provoque mucha empatía, ya que es más bien díficil sentirse identificada con ella.Luego tenemos a Giacomo, nuestro protagonista masculino, quien acaba de perder a su novia con la cual mantenía una relación de once años. Esto le aporta un punto de vista que es la antítesis del de Lidia, Giacomo se toma la vida con más ligereza, aunque esto no impide que acabe enamorándose de Lidia. De este personaje no me gustó nada. Es el típico protagonista masculino y para agregarle más morbo al asunto, encima es italiano, vamos, que no se podría caer en un topicazo mayor. Para ser una novela de solo 124 páginas y en la cual la acción transcurre con bastante rapidez, debo decir que en ocaciones se hace un poco pesada. Me gusta que la autora haya utilizado el tópico del carpe diem, pero en sobrados momentos deja con ganas de más. Me ha parecido innecesario el hecho de que no aporte descripciones físicas de los personajes, algo que , en mi opinión, solo hace más pesada una novela ya de por si díficil de digerir.
En resumen, sumando faltas y más faltas (las cuales me he dejado porque no me ilusiona reseñar libros que desilusionan) no es una novela que recomendaría debido a lo mucho que tiene por mejorar la autora.