Resolución de conflictos en coaching

Reconozco que me cuesta discutir. Tiendo a evitar los conflictos. Sobre todo antes de aprender coaching. Me disgustan los gritos y las malas formas. Me comporto de forma tranquila y me gusta decidir en frío. A veces me cuesta. Aunque cada vez que lo consigo me siento muy satisfecho conmigo mismo.

Los conflictos y disparidad de criterios son inherentes a nuestras relaciones sociales. En la diferencia de criterios, opiniones e ideas está nuestro crecimiento personal. Aquello de que “Lo que no se le ocurre a uno se le ocurre a otro” es una máxima que aprendí en mi adolescencia.

Hay que enfrentarse a los conflictos. Hay que ocuparse de ellos para no preocuparnos y dejar de vivir el presente. Es buenísimo para restablecer la estabilidad y la comunicación entre dos personas. Según la personalidad de cada uno, necesita ese roce/enfrentamiento para soltar y poder reconciliarse con el otro o hasta, casi, consigo mismo. La cuestión es cómo hacerlo. Esto dependerá de cada persona.

Las formas de tratar la resolución de conflictos en coaching pueden ser:

1. Alcanzar un acuerdo. Puede no ser una solución ideal aunque puede ser razonable según las circunstancias.
2. Hacer el avestruz. Esconderse y evitar. El conflicto no se trata y la situación permanece. Ambas partes pierden.
3. Rendirse. Cedes al conflicto. El otro se queda sin saber tu opinión y gana.
4. Eludir tu responsabilidad. Eso te supera y sueles decir “no sé”. Esperas que el otro sea quien decida por ti. Es curioso que la decisión te suela hacer perder, ¿verdad?
5. Consensuar. Probablemente la más adecuada. Ambas partes llegan a un acuerdo. Crean una tercera opción que les satisface. Ambos ganan.
6. Luchar. Tienes un único objetivo, ganar. Para que ganes el otro pierde. Es importante la empatía para ponerse en el lugar del otro para sentir lo que piensa cuando pierde.

Ahora me dirás que no tienes conflictos en tu vida. Prefieres mirar para otro lado antes que dar tu opinión y defender tu criterio. Si es así, este artículo te servirá de poco.

Sin embargo, haré de adivino. Por eso, si te parece bien, me gustaría preguntarte ¿cuáles son tus situaciones conflictivas más habituales? y ¿cómo te enfrentas a ellas?.

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