¡¡CORRE!! Huye ahora que puedes.
Haz que tu corazón lata a mil por hora y ahógate de cansancio.
¿Ves ese lugar en lo alto? Cuando acabes tu carrera infinita, subes.
Te sientas... coges aire, y respiras. Eres libre.
Estás a cientos de kilómetros de tus problemas y las lágrimas no han podido alcanzarte.
La huida ha sido exitosa. Ahora, ... respira tranquila...