—Disculpe, señor, yo he pedido ensaladilla rusa, no pulpo.
—Observe con qué esmero el restaurador ha pincelado esta espiral dorada, sutilmente oleosa, que lo enmarca todo con su brillo destellante, gracias a la indirecta luz cenital. Examine, también, ese pigmento bermellón que realza las nacaradas salpicaduras que cubren, delicadas, el...
—Disculpe, señor, yo he pedido ensaladilla rusa, no pulpo.
—Disculpe, señor, yo he pedido ensaladilla rusa, no pulpo.