Revista Ilustración
Hace mucho, muchísimo que no traigo por aquí una restauración y es que hacía mucho que no caía en mis manos una pieza como esta.
Como sabes en casa nos gustan mucho las antigüedades y algunos domingos nos acercamos al rastro a buscar pequeños tesoros. Uno de esos domingo se vino a casa el bonito y curioso candelabro que veremos hoy.
Como verás el metal del candelabro estaba oxidado, el barniz muy envejecido y tenía restos de cera de haberse usado.
Para limpiar todo esto empezamos haciendo unas pruebas en una pequeña zona que no fuera muy visible con un poco de alcohol, acetona, disolvente... con acetona la suciedad y el barniz se eliminaban rápidamente y es con esto con lo que le dimos la primera limpieza a la pieza.
Para eliminar el óxido y profundizar un poco mas en la suciedad mezclamos ácido cítrico al 10 % con agua. Con un pequeño algodón y mucha paciencia frotamos toda la pieza, en los pequeños huequecillos y pasando un trapito con agua después para frenar el efecto del ácido. Por supuesto hay que secar muy bien antes de guardarlo para la siguiente sesión.
Una vez limpio y sin óxido le dimos una fina capa de cera para metales. Así queda protegido el metal durante una buena temporada.
Y cuál es la peculiaridad de este candelabro? Pues, como ves un par de fotos mas arriba, es que tiene dos posiciones. Puedes colgarlo de la pared o ponerlo de pie sobre una mesa o cualquier superficie.
Por cierto, tienes en mi instagram algunos vídeos del proceso de restauración del candelabro.
Que te parece el cambio? Habías visto una pieza igual? Tardaré en traer otra restauración como esta pero me gustaría saber si te gusta ver estos post por aquí.
*Irene*