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Resultados de las legislativas 2011. Las trampas del sistema.

Publicado el 21 noviembre 2011 por Juan Carlos
La noche electoral en España, ha dejado una, al menos en apariencia, inapelable victoria del Partido Popular. No es menos cierto que el país se ha teñido, casi en su totalidad, del color azul que representa esta formación conservadora. De la misma manera que el PP incrementó su representación, el PSOE la vio reducida hasta sus peores resultados desde que la transición estableció el régimen político actual. El dato más novedoso es la subida de las formaciones políticas minoritarias, como UPyD e Izquierda Unida, esta última recuperando su grupo parlamentario. También hay que prestar atención a la fuerza con la que ha irrumpido Amaiur, obteniendo ni más ni menos que 7 diputados. Pero, esto es lo evidente, lo que se ha dicho en todos los medios. No obstante, en todo acto suelen subyacer algunos aspectos que esperan a ser desentrañados para un mejor entendimiento del proceso. Este análisis tratará de centrar la atención en algunos de ellos.
El Partido Popular ha subido 33 escaños desde las últimas elecciones, lo que puede llevar a pensar que le ha acompañado un aumento de votos igualmente espectacular. En cambio, sin pretender minusvalorar los más de 600.000 nuevos sufragios que obtuvo, no ha sido del calibre que cabría esperar para 33 escaños más. Por ejemplo IU, en el 2008 con casi un millón de votos no sobrepasó los 2 diputados. Para buscar la explicación del aumento de escaños del PP se tiene que recurrir a la pérdida de votos de su homólogo. Es tal la sangría de sufragios en el PSOE,  que proporcionalmente hace ganar escaños al PP. Este hecho, que no es desconocido en si mismo, se debe explicar en base a la dinámica bipartidista del sistema. Una dinámica cuyo funcionamiento podría caricaturizarse como una balanza, en tanto en cuanto si se libera de carga a uno de sus platos el otro tenderá a bajar inmediatamente.
Otro punto importante es la subida de los partidos minoritarios a nivel estatal, tales como IU y UPyD. También, el aumento de escaños de CIU y la incorporación de Amaiur a la cámara baja, son relevantes. PNV, ERC y CC no han visto modificada su representación (salvo PNV que ha perdido un diputado). Esto nos podría llevar a pensar que el Parlamento ahora tiene un pluripartidismo mayor, y en cierta medida es cierto, ya que la cuota de poder correspondiente al binomio PP – PSOE se ha revisto reducida de 322 escaños en 2008 a 296 en la actualidad. Sin embargo, a pesar de ello no se debe pasar por alto que ahora hay un partido con mayoría absoluta. Por lo que en la práctica los partidos minoritarios tendrán menos influencia que en la anterior legislatura, a pesar de tener una mayor representación. En este juego de poder, el PSOE no se verá totalmente excluido, porque en los asuntos de Estado el PP buscará el consenso con el él, ya que simbólicamente son necesarios aún en ciertos temas de interés. Pero, los partidos minoritarios, que antes si eran necesarios, y no por ningún simbolismo, ahora quedarán reducidos, en la práctica, a grupos con voz pero sin voto. Motivo por el cual la alegría de algunos partidos debió ser moderada, a excepción de los partidos nacionalistas, cuyo triunfo en sus correspondientes circunscripciones tiene, evidentemente, más lecturas.
En lo que concierne a la mayoría absoluta, que decir tiene que es una incongruencia para cualquier régimen que aspire a ser democrático. Lo es porque reduce a cero en la práctica la capacidad de decisión de las demás fuerzas políticas. Además, las mayorías absolutas nacen de una (relativa) minoría de votos. Está claro que las reglas de juego son las que han establecido las leyes, pero hay algo que está por encima de éstas y es la legitimidad. En las elecciones de 2011 había 35.779.208 personas con derecho a voto.[1] Pero el PP ha conseguido el poder absoluto exactamente con 10.830.693 votos. Es decir, con algo más de ¼ de apoyo popular un partido político puede obtener un poder sin cortapisas, durante 4 años. Lo que se agrava debido a la inexistencia de separación de poderes en nuestro sistema político. De manera que, este partido controlará también el ejecutivo (que es conformado por el propio legislativo), y tendrá una influencia determinante en la configuración de los órganos superiores del poder judicial. Entiéndase que la crítica no se dirige hacia el partido de turno, sino hacia el sistema.
Quizás, sería más justo, que los 350 diputados no se repartieran proporcionalmente sobre los votos válidamente emitidos, sino sobre el total de personas que pueden ejercer el sufragio, es decir la cifra antes dada. De esta manera, obtener una mayoría absoluta podría considerarse más legítimo. De modo que, si se siguiera este sistema, el PP que ha conseguido en estas elecciones legislativas del 2011 el 44,62% de los votos, vería reducido sus diputados, como también el resto de partidos. Así, deberían quedar vacíos tantos escaños como proporcionalmente correspondiera con la abstención, pero sin que variara el número de votos necesarios en el Congreso para aprobar las leyes. Ésta es una interpretación mucho más respetuosa con la abstención, que limitarse a ignorarla. Opción, que por cierto, ha experimentado en estas elecciones una subida considerable junto con el voto nulo. Estas posibilidades manifiestan un rechazo al sistema político vigente, y en esta ocasión (ambas) suman un total de 10.028.661,  una cifra muy cercana al número de votos que le han dado al PP el poder absoluto. Esta cantidad, incluso considerando la abstención no activa, suponen en parte un fracaso del sistema.
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[1] http://elecciones.mir.es/generales2011/Las_elecciones_en_cifras/Las_elecciones_en_cifras.htm

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