El regreso de Nadal
El español volvió a jugar siete meses después
En el momento de una lesión, y más si es de gravedad, es cuando emerge el verdadero carácter de un deportista. Te puedes hundir y llorar cada día por tu desgracia o, por el contrario, puedes llamarte Rafael Nadal, regresar más fuerte que nunca, ganar diez títulos en diez meses y volver a ser número uno del mundo. Esto último quizás esté al alcance de muy pocos, sobre todo por lo de llamarse Rafael Nadal.Fueron siete meses de parón donde las rodillas dijeron basta una vez más. Los plazos ya eran largos, pero acabaron siéndolo más. La Copa de Maestros por el aire, luego la pretemporada y finalmente el Open de Australia del nuevo año. Enero ya estaba perdido y Rafa anunciaba su regreso a principios de febrero en el torneo de Viña del Mar, como no, sobre tierra batida.
Después de mucho sufrimiento y pese a que éste era el primer torneo oficial en el que Rafa volvía a competir después de más de medio año, el mallorquín consiguió llegar a la final. En ella, sorprendentemente, Horacio Zeballos (nº73 del mundo) le iba a arrancar el título de sus manos tras una inesperada remontada [6-7, 7-6, 6-4], pero a partir de ahí la evolución del balear solamente iría in crescendo mes a mes hasta lograr (casi) todos los objetivos por cumplir. En total 17 torneos que se resumen en 10 títulos, 4 finales, 2 semifinales y solo una decepción, la derrota en primera ronda de Wimbledon ante Darcis (nº135 del mundo). Dicho con otras palabras:
- 2 Grand Slams (llegando a los 13 en toda su carrera)
- 5 Masters 1000 (récord en un año compartido con Djokovic y récord absoluto con 26)
- 2 ATP 500
- 1 ATP 250
En París llegaría su octavo Roland Garros
Sin duda, el regreso soñado por cualquier otro tenista llevado a cabo por el único jugador que podía hacerlo realidad. De la nada al todo, de los lloros a los triunfos, de los fantasmas de las lesiones a realizar la mejor temporada de su carrera. Solamente 'Nole' pudo bajarle a la tierra en el último tramo del curso donde le batió en la final de Pekín (lugar donde Rafa volvería al escalafón más alto del ránking) y en la final de la Copa de Maestros, último torneo del año sin contar la Copa Davis. El serbio incluso logró "robarle" la condecoración de Mejor Jugador del Año 2013 que entrega la Federación Internacional de Tenis (ITF), eso sí, causando mucha polémica y alboroto alrededor de esta designación. Si comparas la estadística anual de uno y de otro no se entiende cómo el premio no acabó en las manos del ganador de 13 Grand Slams. Aún así, por relevancia, méritos y pundonor, esta temporada siempre será recordada como aquella en la que un humilde deportista a base de trabajo y sacrificio demostró que nunca hay que dudar de él. Una temporada que el jugador español jamás olvidará. El año en el que Nadal dejó de ser gigante para convertirse en leyenda.Djokovic, presente en todas las batallas
Dice el calendario que hay seis grandes torneos al año: los cuatro Grand Slams, la Copa de Maestros y la Copa Davis. Cada uno con unos tópicos, con una historia, con un campeón pero, sin embargo, hay algo que en 2013 les fue común a los seis: la presencia de Novak Djokovic. El serbio podrá ganar o podrá perder pero lo que es seguro es que siempre está en la escena del crimen. Australia - campeón; Roland Garros - semifinalista; Wimbledon - finalista; Us Open - finalista; Copa Masters - campeón; Copa Davis - finalista.
Quizás no sean los mejores números en cuanto a títulos pero la estadística demuestra que Novak siempre está en el disparadero. A lo largo de todo el año mantuvo un nivel óptimo sin pestañear y cuando decidió subir el pistón solo algunos predilectos pudieron seguirle el rastro. Su gran objetivo para este 2013 que ya se acaba era conquistar el Abierto de Francia, único hueco por rellenar en su carrera hacia el 'Gran Slam'. Si no se hubiera dado el 'ciclón Nadal' esta temporada, seguramente el serbio se hubiera echado a la espalda casi el doble de títulos. Aún así no fueron pocos, siete: Australia (en la final más larga de toda la temporada), Dubai, Montecarlo (poniendo fin a ocho años de reinado de Nadal), Pekín, Shanghai, París y la Copa de Maestros.
'Djoker' empezó la temporada ganando el Open de Australia
Para finiquitar su excepcional año, en el que cedió el prestigioso Nº1, cerró los últimos tres meses con 24 victorias consecutivas y cuatro títulos (la Copa Davis la perdió pero ganó sus dos encuentros). Además, lideró el porcentaje de victorias sobre asfalto (53-5) y fulminó a cualquiera que osara retarle sobre techo (17-0). El balcánico se mantiene en la picota y es candidato a comandar junto a Rafa este deporte durante muchas temporadas. Siempre que las lesiones o la nueva generación lo impidan.
Murray y la maldición de los 77 años
Wimbledon. La maldición del tenis británico. Andy Murray. Parecen tres conceptos aislados pero cada año, allá por el mes de junio, se unen y forman cientos y cientos de artículos y columnas de opinión. Demasiado sencillo, demasiado repetitivo. Tanto que en alguna temporada, esta misma, se tendría que desvanecer.
Habían transcurrido doce meses desde aquella final de 2012 en la que Federer y Murray se batieron en duelo por diferentes recompensas. El suizo buscaba engrosar más si cabe su saco de Grand Slams y, de paso, recuperar el número uno. Por su parte, el escocés anhelaba ganar su primer 'Major' y acabar con el mal de ojo de los tenistas británicos en el All England Club. Finalmente fue el helvético quien se llevó el gato al agua, o a la hierba mejor dicho, y salir victorioso del coliseo londinense. Un año más, Reino Unido debería esperar para ver un hijo de su nación levantar la copa dorada.
El beso más esperado
Cuatro estaciones más tarde todo había cambiado. Aquel gladiador suizo paseaba sus vergüenzas por las pistas y el escocés vapuleado, contaba con un Us Open y se encontraba de nuevo en la gran final de su torneo preferido. Al otro lado de la red, Novak Djokovic, nº1 mundial. El resultado no pudo ser más satisfactorio: victoria, tanto en resultado [6-4, 7-5, 6-4] como en sensaciones. Andy lo había logrado, por fin. Después de 77 años con la sombra de Fred Perry acechando Wimbledon, la condena de campeones extranjeros había tocado techo.Tanto celebró Murray este premio que sus fuerzas se evaporaron de aquí a final de temporada. Una serie de derrotas sumadas a una lesión grave de espalda le obligaron a decir adiós antes de tiempo a 2013, aquella en la que facturó un 12-0 en partidos sobre hierba, esa en la que su actuación en Wimbledon resultó ser la noticia tenística más comentada del año en Facebook. Un año en el que grabó su nombre y apellidos a fuego en la historia del deporte de su país.
La cultura del esfuerzo: David Ferrer"El mejor año de mi carrera", así define el propio David Ferrer su 2013. Si bien las vitrinas del alicantino no produjeron la misma cantidad de títulos que otros años, su caché sí que engordó a la vez que derrumbaba nuevas barreras deportivas, aquellas que algunos "entendidos" vaticinaron que jamás alcanzaría.
David Ferrer, un ejercicio de superación constante
Sus números de hace dos años fueron tan asombrosos como irrepetibles: ocho finales, siete títulos (el que más) y 76 victorias (el que más). Esta vez la suerte no le acompañó en la última ronda de los torneos. El de Jávea obtuvo el billete para nueve finales ATP de las cuales, solamente en dos consiguió resolver a su favor: Auckland y Buenos Aires. Curiosamente fueros sus dos primeras finales del curso. El resto de finales, todas perdidas de manera consecutiva, reflejaron que la suerte no iba a estar siempre del lado del español. Acapulco, Miami, Oeiras, Roland Garros, Estocolmo, Valencia y París. Siete, se dice pronto. Tan difícil fue llegar a jugarlas como ver a David irse con las manos vacías semana tras semana, algo inusual en él.Entonces, con sólo dos títulos en su haber y tantas derrotas en la maleta, ¿por qué habla Ferrer del 2013 como su mejor año? Regularidad, estabilidad y resultado final. En Roland Garros disputaría su primera final de Grand Slam, hasta ahora había disputado cinco semifinales. Se clasificó por la vía rápida para la Copa de Maestros, allá por el mes de mayo. Acabó el año ocupando el tercer escalón del podio ATP, solo por detrás de "la otra liga" (Nadal y Djokovic). Lo máximo que había logrado era acabar quinto. Además, su balance de victorias-derrotas fue el tercer mejor del circuito (60-24). Al español le faltó por confeccionar la guinda del pastel, pieza que el destino le tiene guardada para 2014.
Federer al borde del precipicio
En la dilatada carrera del suizo, hablar de 2013 significa hablar de desastre. Cuando uno arrastra tanta gloria, tantos triunfos y tan pocas decepciones, es complicado asimilar que todo lo bueno se acaba. Recordar aquí y ahora el palmarés de Federer resulta innecesario y hasta algo violento: 17 Grand Slams, 21 Masters 1000, 77 títulos ATP, 302 semanas copando lo más alto del ránking, doble medallista en Juegos Olímpicos (tanto en individuales como en dobles) y un galardón de 'Mejor Jugador de la Historia' impuesto por la misma lógica que pesa más que la propia edad. Demasiados tiempo viviendo en el paraíso, tocaba conocer el infierno.
Nunca es fácil acostumbrarse a la derrota
El año que hoy nos dice adiós enumera una serie de catastróficas desdichas que relata la pesadilla que Roger vivió a lo largo de casi doce meses. Era el momento de dejar de ser protagonista, de no ganar finales, de ni siquiera poder disputarlas, de sufrir como el físico envejece y la savia nueva te come el terreno, de contemplar que el ránking pierde importancia porque ya no tienes el modo de capitanearlo... diez años siendo el rey de reyes que desembocaron en una temporada que esputó aquella realidad a la que Roger tanto temía. Esa que, de un día para otro, te atrapa y ya no te suelta. La que un día te llevó a lo más alto para más tarde devolverte al mismo lugar, pero con una crudeza insoportable. La vida.
Un solo cetro (Halle), ninguna final de Grand Slam, balance lamentable ante los jugadores del top ten (4-10), despeñamiento sin precedentes en el ránking hasta la séptima posición, derrotas bochornosas ante tenistas fuera del top 100 y un tenis ramplón y errático que en nada recuerda al de Su Majestad 'King' Roger. Trabajo, actitud, motivación, ambición, clase, magia y suerte. Así por encima, aspectos imprescindibles para poder triunfar en este deporte. Federer tiene todo un año por delante para demostrar que todavía conserva la lista completa.
La segunda línea cumple las expectativasDel Potro, Wawrinka o Gasquet. Hablamos de algunos de los jugadores que forman la segunda línea de la ATP. Esos que cuando los grandes fallen o no den el nivel exigido, estarán preparados con el cuchillo en la boca para rebañar cualquier corona, por pequeña que sea.
Juan Martín cuajó un buen 2013 con grandes resultados ante varios jugadores top (venció a Djokovic, Nadal o Federer durante el año). El Us Open que lograra cuando aún contaba 21 años sigue siendo su máximo logro ya que, además de no repetir en ninguna final de Grand Slam, aún no consiguió su primer Masters 1000 (este año perdió en Indian Wells y en Shanghai). Sus coronas en cuatro ATP 500 manifiestan que Del Potro está preparado para dar ese salto junto a los más grandes como ya se vio en las semifinales de Wimbledon ante Novak, donde a punto estuvo de vencer después de cinco horas de partido. Su quinto puesto en la clasificación pinta a ser, tarde o temprano, un lugar entre los tres mejores.
Gasquet, Del Potro y Wawrinka. Tres Maestros en Londres
Gasquet explotó en su año más productivo en cuanto a finales y títulos se refiere: tres de tres. Doha, Montpellier y Moscú fueron sus logros, trofeos menores pero que le sirvieron para "colarse" en el torneo de Maestros. Su temporada hizo recordar a los años de sus comienzos, aquellos en los que un jovencísimo francés hacía soñar a la afición gala con un futuro prometedor. Todavía, con 26 años, puede lograr retos importantes.Mientras, Wawrinka sí que ofreció un crecimiento más evidente. Oeiras fue la única copa de su temporada pero sumó tres finales más además de dos hazañas jamás conquistadas: unas semifinales de Grand Slam y clasificarse entre los ocho mejores. Pudo incluso ponerse a la altura del mismísimo Roger Federer, llegándole a discutir la condición de mejor suizo en ránking, aunque finalmente se tuvo que conformar con ser el segundo.
Cada año que termina se puede ver en la pizarra cómo los tres o cuatro de arriba se reparten sin piedad los mejores títulos de la temporada. Pero que no se relajen, cada vez falta menos para que la segunda línea remonte a primera fila.
Stepanek mantiene su idilio con la Davis
Hay jugadores predestinados para un tipo de tareas. Jugadores que solamente funcionan en un ambiente concreto o bajo una presión específica. No significa que sean incompetentes o que no den la talla, para nada. Son tan emblemáticos y singulares que solo reaccionan ante determinadas circunstancias. Éste es el caso de Radek Stepanek, en los últimos dos años, héroe de la República Checa.
Dos años regalándole la Ensaladera a su país
Todo empezó en 2012, donde en el quinto partido de la final frente a España, el seleccionador checo se vio en un agujero negro al ver que sería Stepanek quien se jugara la Ensaladera frente a Nicolás Almagro. 'El gusano' salió victorioso cuando todos cantaban la victoria española y se encumbró como héroe nacional. Un año después ya nadie dudaba de él. Consolidado en dobles junto a su compañero Berdych, pasó a ser un pilar fundamental en el equipo campeón que, de nuevo en 2013 llegó a la final y, de nuevo Stepanek le tocó servir para ganar. En esta ocasión no hubo tanto sufrimiento ya que tuvo que batallar ante un joven inexperto de 23 años fuera del top 100. El veterano jugador volvió a besar las mieles del triunfo por segundo año consecutivo y revalidó el título para su país.Un dato servirá para plasmar que lo del checo con la Copa Davis es puro misticismo: en los últimos dos años Stepanek cuenta con un balance en singles del 48% de victorias, mientras que con la República Checa suma dos Ensaladeras. Con 33 años, Radek es el auténtico guardián de la Davis.
Los hermanos Bryan continúan con su dictadura
Celebración made in Bryans
Si algo no ha cambiado de un año para otro son los dos celadores que comandan la clasificación de dobles de la ATP. Entre los dos suman setenta años, se conocen desde que eran pequeños y en total suman 93 títulos como profesionales y 847 victorias juntos. No pueden ser otros que los hermanos Bryan.El 2013 les ha vuelto a sonreír a estos hermanos que de nuevo han finalizado el año como firmes números uno en su categoría. No es nada nuevo, se trata de la novena vez que consiguen acabar la temporada en lo más alto. Sus números vuelven a ser demoledores: un balance de 70 victorias y solo 13 derrotas, 5 Masters 1000 en el bolsillo y a punto se quedaron de lograr el 'Gran Slam'. Australia, Roland Garros y Wimbledon, solamente fallaron en el Us Open donde fueron eliminados en semifinales. Cabe mencionar que también fueron sometidos en la final de la Masters Cup frente a la pareja española formada por Marrero y Verdasco, dignos de mención en este resumen completo del curso tenístico.
La nueva generación por fin aparece
Llevábamos mucho tiempo esperando a que la nueva hornada de tenistas que vinieran a complementar, o incluso a sustituir, a los ahora reyes del circuito. Tanto tiempo llevábamos esperándolos que habíamos acabado por creer que era todo una mentira, que ya era demasiado tarde para la generación del noventa y que el tenis se acabaría con la desaparición de Federer, Nadal y compañía. Por suerte, nos equivocamos.
Esta nueva selección de promesas oscila entre los 20 y los 25 años. Se presentan en las pistas sin miedo a la derrota, hasta que la tienen en la palma de la mano, juegan sin presión y no les importa quién tienen delante. Al menos esto es lo que pone en el guión, luego sobre la práctica ninguno era capaz de levantar un título ATP, por ello que los amantes del tenis ya nos habíamos dado por vencidos... hasta 2013.
- Milos Raonic (Nº11): Aún con sólo 22 añitos es el más experimentado de esta lista de futuros campeones. El canadiense cuenta ya con 5 coronas ATP e incluso ya sabe lo que es revalidar título de un año para otro (San José 2012-2013). Esta temporada logró, además, comparecer en su primera final de Masters 1000. Y por si fuera poco, en su tierra, Montreal, donde perdería ante Rafa Nadal por un doble 6-2. El pupilo de Ivan Ljubicic también sabe lo que es entrar a formar parte del top10, acontecimiento que derribó el pasado agosto.
- Grigor Dimitrov (Nº23): El búlgaro ganó hace tres meses su primer título como profesional. Fue en Estocolmo ante uno de los rivales más duros del panorama mundial: David Ferrer. Se encontraba ante su segunda final ATP (la primera, también este año, la perdería con Murray en Brisbane) pero 'Baby Roger', llamado así por sus movimientos similares a los del suizo, supo dominar el encuentro y anotarse su primer cetro a los 22 años. Otra de sus hazañas a lo largo de la temporada fue derrotar a Novak Djokovic en 2R del Masters 1000 de Madrid.
Dimitrov levantó en Estocolmo su primer título ATP
- Ernests Gulbis (Nº24): Un viejo conocido que ha vuelto para quedarse. El joven letón de 25 años anunciaba a principios de 2013 que se iba a centrar de una vez por todas en el tenis e iba a dejar de perder el tiempo con las mujeres, drogas y demás vicios. Lo cumplió. A su palmarés compuesto por dos coronas en 2010 y 2011 le sumó dos títulos más: Delray Beach y San Petesburgo. Esto se vio reflejado de manera proporcional en el ránking, donde pasó de estar el 139º al 24º, un salto de 115 posiciones. Habrá gente que todavía tenga en mente su triunfo ante Federer hace tres años en Roma. Podéis ir olvidándolo porque este pequeño gamberro tiene todavía mucho espectáculo que dar.
- Bernard Tomic (Nº51): Otro clásico del circuito en el que cada año se colocan sobre él miles de miradas. La apuesta de futuro de la escuela australiana no acaba de carburar y más que tardará si continúa viéndose envuelto en líos de faldas y discotecas. La adolescencia y la profesionalidad son dos términos que no suelen casar bien, y menos si tienes 21 años. De momento, en este 2013, Tomic logró coronarse por primera vez en un torneo, precisamente en Sidney, su casa.
- Pablo Carreño (Nº64): Nombrado por la ATP como el Mejor Jugador de mayor progresión en el año 2013. El asturiano ha irrumpido como una bala en el circuito profesional escalando la friolera de ¡650 posiciones! Empezó la temporada siendo el 715º del mundo y la ha terminado siendo el 64º. Este joven español de 22 años empieza ahora una nueva etapa rodeado de los más grandes con los que seguro aprenderá los trucos necesariospara hacerse un hueco lo más arriba posible.
Pero no todos son jóvenes promesas. También hay un hueco para los jugadores experimentados, aquellos veteranos curtidos en mil batallas a los que les ha tardado un poco más en llegar el premio a tantos años de trabajo: Como por ejemplo:
- Horacio Zeballos: De cien finales diferentes que hubiera jugado, la última en la que hubiera apostado que ganaba fue precisamente la que ganó. Viña del Mar, enfrente Rafa Nadal, rey de la tierra batida. Con 28 años, el argentino logró su primer título venciendo al español y dedicándole estas palabras días después del encuentro: "Fui a confesarme a Dios y me perdonó"
- Nicolás Mahut: Han tenido que pasar 31 años para que el francés pudiera celebrar una corona en el circuito ATP. De hecho, tanto esperó, que en esta temporada ganó dos consecutivas, de carrerilla. Con un historial muy pobre hasta la fecha (dos finales perdidas en 2007), Mahut pudo darle la vuelta a su registro y salió vencedor de los torneos de Hertogenbosch (siendo el nº240) y Newport (siendo el 127º) en semanas corridas. Sus rivales a batir fueron Wawrinka y Hewitt. Con la tontería, Nico acabó cerró su temporada de hierba con un balance de 12-2.
Mahut aprendiendo a levantar una copa
- Tommy Robredo: Ver al catalán ganando trofeos no es nada nuevo, recordamos que fue número cinco del mundo en el año 2006 y ha estado en muchas ocasiones cerca de disputar unas semifinales de Grand Slam. Pero 2013 ha sido la reencarnación del español, una temporada en la que ha vivido su segunda juventud derrotando a rivales de mayor entidad, imponiendo un increíble 5-0 en partidos a cinco sets y escalando desde la posición 115º hasta la 18º. La élite le da la bienvenida, de nuevo, a Tommy Robredo.
Despedidas entre lágrimas
Unos que llegan y otros que se van. La edad no perdona a nadie y la alta competitividad te exige dar lo mejor de ti. Cuando ves que ya no entonas como antes, y más si has vivido rodeado de victorias, la palabra "retirada" empieza a revolotear en tu cabeza, aunque sea como última solución. Entre las despedidas más emotivas y significativas del 2013, destacamos tres casos dignos de enmarcar.
David, siempre agradecido a su público
David Nalbandian: Las lesiones, actor que suele decantar el fin de carrera del 90% de los profesionales, no quisieron absolver tampoco al 'Rey David'. Después de muchas operaciones y trabajo con los médicos, el argentino decidió poner punto y final a su trayectoria tenística al finalizar el 2013. Consiguió, aún con todo, una final ATP en Sao Paulo, donde perdió ante un buen amigo suyo, Rafa Nadal. Nalbandian deja escrita una larga historia donde el tenis siempre fue el distinguido protagonista. 11 títulos en su haber (destacan una Copa de Maestros y los Masters de Madrid y París), Nº3 mundial en el año 2006, un revés a dos manos de lo mejor que ha dado el circuito y sobre todas las cosas, para muchos el mejor restador que se ha visto nunca sobre una cancha de tenis. Será difícil no recordarlo a lo largo de la nueva temporada.Nicolas Massú: Si hablamos de ATP, Massú se encuentra varios escalones por debajo de tipos como Nalbandian. Pero si desplegamos el tomo de los Juegos Olímpicos, pocos tenistas pueden ponerse a su altura. El chileno bailaba en el ránking entre los puestos más profundos desde hace años y esta decisión era algo que se esperaba más pronto que tarde. En la memoria quedarán aquellos dos oros que consiguió en Atenas 2004: uno en individuales frente a Mardy Fish y el otro en dobles junto a su compañero Fernando González. Llegó a ser Nº9 del ránking ATP.
La cinta siempre en la cabeza de Blake
James Blake: Después de algunos años vagando por las pistas sin obtener resultados positivos, el americano dispuso poner punto y final a su carrera como tenista al finalizar el Us Open de 2013. Imagínense cómo estaría que ni siquiera una ronda consiguió superar. Cayó ante el 'gigante' Karlovic después de desperdiciar una ventaja de dos sets [6-7, 3-6, 6-4, 7-6, 7-6] y así despedirse del circuito para siempre. Se fue con 34 años y sin haber logrado nunca ningún gran trofeo. Su mayor éxito fue ser Nº4 del mundo en 2006 y disputar la final de la Copa de Maestros en la misma temporada, donde fue vencido por Federer de manera contundente [6-0, 6-3, 6-4].Esto ha sido todo lo remarcable en este año 2013. Aquí os dejo el calendario completo de la temporada que ya está en marcha. Para más tenis, pueden seguirme en @fermurciego