Estoy a muy poco
de mi renacimiento
particular.
Cumplo con el anual
resurgimiento
en nombre de un recién nacido,
que cada año es la señal
para los nuevos caminos.
Sin necesidad de tener
una empecinada Fe,
la Navidad tiene la fuerza
de un hito
en el largo camino
de la vida.
Llegamos cargados
de viejos aciertos ,
antiguos sufrimientos,
anhelantes de dejarlo
todo atrás.
Deseamos renovarnos
plenos de buenas intenciones.
Es el momento de otorgarnos
un tiempo nuevo,
llegado para afrontar
noveles objetivos.