Revista Talentos

Reto Nº39/2019 "El Club de Los Retos de Dácil."

Publicado el 26 septiembre 2019 por Theraven Víctor José Guindo Singh
---------"Espejo Lento."
Reto Nº39/2019 Club Retos Dácil."Minuto de calor." Autor Pedro Lezcano. (Cortesía del "Club de Los Retos de Dácil.")

Nunca tuve pareja, para qué si mi autoerotismo me bastaba; mirarme desnuda al espejo de la habitación, acariciar mi cuerpo luego y viajar hacia mis adentros siempre fue una experiencia que, además, era incompartible con otra persona... A partir de los 18 años dejé de envejecer en el sentido que las otras personas entienden, sólo en el espejo cambiaba mi cuerpo... Hasta que sucedieron algunas cosas inquietantes, perturbadoras en cierto sentido... Lo primero fue que, al entrar en una galería de arte, ví un cuadro cuya modelo debería tener "mi edad del espejo"... Era Yo misma!... ¿Pero, cómo podía ser eso posible si nunca posé para nadie?!... Lo segundo fué esto que leí, por casualidad, en el diario "secreto" de un poseso, creo...:
EL ANGEL DE LOS ESPEJOS.
Reto Nº39/2019 Club Retos Dácil."El Ángel de los espejos." Collage Formato A4.
Un día yaceré en ningún lugar, junto a algún ángel. 
Paul Klee.
Dentro de la pequeña tienda, en Teherán, toda mi atención es absorbida por el espejo “de armar” que se encuentra en la pared del fondo. Los espejos siempre han ejercido una fascinación casi mística sobre mí, pero este tiene un algo de especial y es que aun en la semipenumbra del lugar él mantiene la nitidez de las imágenes que refleja; su obra de reproducción es perfecta, y el doble del objeto es más detallado, de contornos mejor delineados y tonos de color con una mayor expresividad. Pareciera que este espejo estudia el objeto y una vez que lo aprehende lo vuelve a crear en otro plano con luz propia... Estoy absorto en la contemplación del marco; las dimensiones (del piso al techo), la calidad del vidrio... Alguien toca mi hombro; es el dueño del local, quien me dice casi al oído: 

-Acéptela señor, es una oración para conjurar espejos- 
mientras trata de introducir algo en el bolsillo de mi camisa... Pero este hombre habla en Zendo, lengua que desconozco; aún más, ignoraba hasta ahora la existencia de un idioma tal. Entonces ¿cómo puedo entender lo que está hablando conmigo?!... Salgo sin articular palabras y ya en casa compruebo que, en efecto, en mi bolsillo hay un pequeño papel escrito por un sólo lado en caracteres incomprensibles, alineados y espaciados como se hace en las composiciones poéticas.
Al quemar el papel que contenía aquella “Oración...” doy por terminada esta insólita aventura; pero el tiempo ha transcurrido, toda una vida; y hoy, mi frágil y breve sueño de hombre viejo se ve interrumpido cada noche por una pesadilla espantosa donde aparece, en el más absoluto silencio, el contenido de la “Oración...” mientras mi propia conciencia late en el secreto deseo de expresarla en alta voz frente a un espejo... De manera que estoy aquí, esta noche, y declamo estos versos incomprensibles con todo vigor y claridad como para escucharme a distancia...: El espejo comienza a ponerse opaco, lechoso; ondea del piso al techo como una bandera y cierro los ojos un breve lapso de tiempo antes de la explosión... una avalancha de polvo de vidrio penetra por mi boca y nariz, palpo con la lengua el serrín de cristales detrás de mis dientes mientras los pulmones se me arden con el penetrante olor a química de fábrica... Frente al marco vacío hay un cuerpo tendido, bocabajo; en los primeros momentos creo que es una mujer por la perfecta curva de la espalda y nalgas; tiene apariencia de muñeca de trapo, con una tupida cabellera formada por mechones de cabellos de diferentes tonos y texturas; la piel es como un continente donde cada país tiene, también, un tono distinto... Al acercarme observo que sus piernas son de varón, de atleta... Alzo los ojos, donde estuvo el espejo el espacio se ha expandido hacia unos amontonamientos cuyo colorido invita; avanzo hasta ellos. ¡Oh Dios! son estibas de piernas, brazos, ojos y otras partes del cuerpo humano; hay pacas de pelo clasificado por su color y diámetro, rollitos de piel... En unas vasijas destapadas flotan, sobre un caldo indefinido, risas y sonrisas... Comienzo a vomitar y salgo de allí casi a rastras; al llegar junto al cuerpo lo volteo: En un bello rostro de mujer dos hermosos ojos, uno azul y otro negro, cada uno con sus correspondientes cejas y pestañas; la nariz griega; los labios, como fruta madura, cubren una doble hilera de dientes perfectos... Un examen detallado de la boca muestra que todo allí no es más que pura escenografía, ésta no puede abrirse porque el maxilar inferior no es articulado sino que forma un sólo hueso con el cráneo. Hacia abajo: un mediotórax hercúleo, el otro como sólo Venus pudo tenerlo; el brazo derecho masculino, fuerte... el izquierdo de niño-adolescente. Ombligo de mujer, amplias caderas. El pubis liso y lampiño como el de un maniquí..., ausente el ano... Por las heridas, pues las tiene, brota un miasma muy fluido y transparente cuyo hedor comienza a invadir la atmósfera de la habitación...




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