Hace unos cuantos años, en algunos casos y en otros hasta el día de hoy,la gente acostumbraba a llevarse consigo la bolsa para hacer la compra diaria, quizá en la tienda o almacén del barrio.
El progreso, la industrialización y los tiempos que van cambiando, nos han llevado a dejar de lado muchas de estas tradiciones, que en algunos casos eran no solo útiles para nosotros mismos, sino también para la economía y para el medio ambiente.
Con la aparición de los grandes mercados e hipermercados, ya nos hemos mal acostumbrado no solo al carro, sino también a que nos llenen de bolsas de plástico, que algunas pocas veces se re utilizan, para conservar algo o quizá para los residuos. No obstante en la mayoría de los casos van a terminar en el contenedor de los desechos o peor aun, abandonadas y se las ve volando o enredadas en plantas o en los bordes de los torrentes u obstruyendo resumideros.
Aquí en Europa, sociedad de consumo por excelencia, la cantidad de residuos que se generan diariamente, alcanza niveles insospechados, sobre todo por que las normas de calidad exigen que cada producto este contenido en varios recipientes, no siempre reciclables y en especial los productos alimenticios están cubiertos por varios estratos de embalajes, que parecen esas muñecas rusas y al final nos encontramos con una pila de bolsas y bolsitas en su mayoría de plástico, solo para comer un simple biscocho.
No obstante, desde este próximo año ya será obligatorio hacer a menos de tantos sacos de plástico para la compra. Al menos es el objetivo que se ha propuesto la Comunidad Europea y aunque esto varia de país a país, la conciencia ecológica se va haciendo lugar en la sociedad.
De hecho las grandes cadenas de supermercados ya no están dando o regalando una bolsa por cada producto, ahora se pagan entre 10 y 15 centavos de Euro y en algunos casos como pude constatar durante mi estadía en Irlanda se llega a 50 centavos por cada una y se utilizan mucho las bolsas de papel o de materiales biodegradables. En alternativa, se ofrece una bolsa de material resistente, como las que se utilizaban hace algunos años, para que sea re utilizada, el costo varia de entre 80 centavos a 1 Euro y según prometen, si se deteriora o rompe, será sustituida en forma gratuita.
La gente aun se resiste al cambio, pero de a poco se va habituando y eso sumado a la recolección diferenciada de residuos que se realiza en los hogares hace pensar a un futuro un tanto mejor. Por lo pronto, ya he puesto mi granito de arena.
Post Relacionados:
- Tiempo de balance
- Que cara esta la cebolla!!
- Peligro a la vista
- Irlanda, la nueva meca
- Transitando por Italia