Reunión de hipocresía

Publicado el 19 noviembre 2009 por Sergio

Toca ponerse serios jugadores, esta semana se ha celebrado una cumbre para estudiar la lucha contra el hambre en el mundo, y se ha llegado a conclusiones tan difíciles y trabajadas que solo aplicando un buen modus ponens se pueden deducir:

A: la hambruna provoca desnutrición
B: la desnutrición puede matar
C: muchos niños que mueren desnutridos

A -> B
B -> C
Entonces: A -> C

Es decir, la hambruna mata a muchos niños. Pues esto que puede resultar tan obvio a ojos de cualquier mortal, necesita de una reunión en Roma de altos cargos y mandatarios de todo el “primer mundo”, ocupando los mejores hoteles romanos, la mas cara mercancía de los camellos y los servicios de todas las putas de la ciudad. ¡Porque si no, no me explico que hacen cinco días allí para llegar a esos puntos!.

Pero ellos se quedan mas anchos que largos, redactan un par de documentos con acuerdos que no se cumplen nunca y hasta el año que viene, o hasta la cumbre de Iberoamérica, que hace muy buen tiempo y suele ir el rey de España, que se las coge dobladas y nos reímos mucho. Y os diréis: lo solucionarán, ¿verdad?. Pues no se como, porque no han puesto ni un solo euro más sobre la mesa, el nuevo premio nóbel de la paz (Obama) está de ruta por china dando charlas sobre los derechos humanos (muy loable, pero tiene cojones que haga falta que vaya Obama para decir que hay que respetar los derechos humanos, es como si tuviese que venir el dueño de Roca a decirte que no salpiques en el asiento del inodoro) y los mandatarios de los países con hambre están demasiado ocupados, bien liando una guerra civil, bien explotando los recursos naturales de su país.

A todo esto Gaddafi, invitado de la cumbre, monta una fiesta con 200 mujeres a las que paga 70 euros como gastos de asistencia (eso yo lo llamaba prostitución, pero parece ser que en estas altas esferas la denominación cambia…). Y tampoco era una fiesta, según él, era una jornada de catecismo y cultura islámica, eso si, para la selección de las asistentes se exigía que su edad estuviese comprendida entre los 18 y los 35 años, que midiesen al menos 1,70 y que tuviesen “buena presencia”. Es lógico, si no cumplen estas condiciones difícilmente van a entender el Corán.

O este Gaddafi se creía que el hambre que se pasa es de otro tipo y estaba reclutando chicas para el hambre de su país, o es un loco putero que se montó una bacanal en Roma a cargo de la FAO.


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