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Revolutionary Road

Publicado el 10 julio 2013 por Perradesatan @perradesatan
Llevo una racha de peliculón tras peliculón que no veáis qué gustico. Yo estaba más acostumbrada a ver cine "normalito" como pan nuestro de cada día y que de vez en cuando alguna película me sorprendiera y me dejara toda loquer, pero en el último mes la media ha ascendido a todo lo que veo son cosas maravillosas y oye, estoy encantada. 
Uno de esos peliculones que he visto hace poco ha sido Revolutionary Road. Últimamente me da por pensar que estoy viendo por primera vez películas que años atrás me daban pereza y que parece que el universo lo había dispuesto así porque ahora estoy en un momento en el que he podido entenderlas mucho mejor que si las hubiera visto hace un par de años. Este es el caso de Revolutionary Road, que si por algo me ha dejador picuet es por la crítica a la sociedad estadounidense del triunfa en la vida y busca una buena mujer si eres hombre o échate un buen marido y dale hijos guapos si eres mujer.
Aquí tenemos como protagonistas a una pareja muy especial: aunque él trabaja en la misma empresa que su padre y además no se le da tan mal el negocio y ella es una madre rubia y hermosa y hay dos niños por ahí revoloteando, esta pareja no se conforma y quiere ir a por más, no quieren simplemente hacer lo que la sociedad espera de ellos sino que quieren dar sentido a su vida luchando por sentirse realizados.
Revolutionary Road
Son los años críticos para la historia de la mujer moderna, los años 50, la década en la que la mujer empieza a salir de la cocina para incorporarse al mundo laboral, el momento en el que algunas mujeres decidieron que su vida valía para mucho más que para hacer asados y que no iban a seguir renunciando a sus sueños por no romper con lo establecido.
Es esta una película demasiado triste, aunque tampoco es de esas que te hace llorar como si no hubiera mañana. Es triste como triste es enfrentarse a la verdadera verdad, como es triste mirar debajo de las alfombras que decoran preciosas casas o triste es sentarse a pensar en lo que queríamos y lo que hemos conseguido. Y como triste es comprender que es mejor estar loco que cuerdo, que es mejor estar muerto que vivo.
Hablando de locos, aunque los personajes protagonistas de esta película son asombrosos (vienen de la novela de Richard Yates) y están interpretados por dos actores, en mi opinión, brutales, y que además tienen química histórica en la gran pantalla, el personaje de esta película es el matemático loco que es caparzde reír, de llorar y de expresarse con libertad gracias a que ha sido declarado mentalmente indispuesto. Él fue quien me puso los pelos de punta.
Recomendación total. Me ha gustado tanto que sé que tarde o temprano acabaré leyéndome la novela, y como se cumpla eso de que la novela siempre es mejor que la película, voy a flipar. Copón de película para esta obra de Sam Mendes que vuelve a recordarnos que es un gran conocedor de la cultura americana, un gran sátiro y un gran director. 

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