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Robertino, Pablo y Robin Hood existen

Publicado el 07 noviembre 2014 por Pablo Ferreiro @pablinferreiro

Robertino, Pablo y Robin Hood existen

Robertino, Pablo y Robin Hood existen
Robertino y su hijo en la sala de estar. Un papel y un lápiz, dos vasos de gaseosa completan la situación.
-Léete esto que escribí
Robertino mira a Pablo un poco excitado. Su hijo apura un sorbo de Coca y lee en voz alta:
“Martu vive en Carmen de Patagones, vive con sueño. El Martu es de Martina, el Martina es de Mamá, a Papá le gustaba Horacio. Cree firmemente en el amor, cree que todo el mundo tiene que estar enamorado. Ella cumplió 40 hace una semana y tanto cree en el amor que esta segura que para ella ya pasó. Para Martu su amor fue el Pitu, mejor dicho es el Pitu. No los separó la muerte sino su pasión por la humanidad, Pitu hace 10 diez años que no anda por Patagones, está por el mundo con médicos sin fronteras o algo sin fronteras. Martu no lo olvida pero tampoco lo espera y es feliz así. Se acostumbró a vivir el amor a través de los otros. El otro día andaba feliz en el río viendo a dos chicos besándose, mientras ella tomaba mate para que no le dé tanto sueño a la tardecita. Martu es linda, pero tiene decidido guardarlo para ella. Sus tías a veces le presentan candidatos. Ella los rechaza pero les dá consejos. Todos la quieren en Patagones, siempre anda con una sonrisa, con jeans ajustados, con rodete en la cabeza, como si le quedara amor para dar”
-¿Y qué pasa con Martu? (Pablo pregunta confundido)
-Ahora existe.Es eso, se desarrolla, vive, muere. Creo que conté demasiado igual ¿ A vos te parece poco?, la chica reparte su amor en otras parejas porque no puede dárselo a Pitu que andá a saber que aventuras estará viviendo. Para mi ya está (Robertino se rasca la cabeza)
-  No,Viejo. Para mí vos no te estás haciendo cargo de algo que hiciste, Martu puede vivir así pero tu mirada es demasiado optimista.  En algún momento sufre, mucho. ¿No creés que pueda tener otros amores o que tenga deseos por otras personas? No podés crear a alguien así y dejarlo como si nada
- Vos hubieras preguntado donde cagaba Gulliver en Lilliput…
- No me chicanees. ¿Y pitu? Lo dejás como un desamorado. Imagino que Martu no se habría enamorado de él, es inverosímil. Ella se hubiera enamorado de otro. Me lo imagino con pecas. Tal vez podemos arreglarle la existencia si…
“Martu vive en Carmen de Patagones. Tiene el pelo con rulos, como todos odia la humedad. Anda siempre somnolienta, ojos chinos, bostezos, lágrimas que se escapan sin querer. Martu cree en el amor de todos los seres vivos, llegó al punto de meter en frascos a dos babosas a ver qué pasaba. Martu es curiosa, su adolescencia la pasó con moretones en los brazos y cascaritas en las rodillas. El Martu es de martingala. Ella en realidad se llama Mirna pero nadie lo sabe, solo su papá que le dice martingala porque mientras ella nacía el estaba en la rula sacando un toco de plata. Vino con un pan abajo del brazo, desde ahí cuando alguien necesita suerte le toca el pelo o la llama. Martu se enamoró para siempre a los 16 años, ella cree, y yo adhiero desde mi omnisciencia, que no hay otra manera de enamorarse. Se enamoró de Pitu. Pitu era colorado, muy colorado. Cada uno que pasaba por su lado se tocaba un huevo o la teta izquierda. Pitu se trompeaba mucho y andaba siempre malherido. En la salita conoció a Martu y se enamoró el también. A ambos les dieron 13 puntos, a Martu por caerse de la bicicleta al distraerse, a Pitu por Diego que medía 1.90 y pesaba 110 kg. Martu le habló en la salita, ella hablaba con todo el mundo, preguntaba todo, sonreía todo. Le gustó que fueran tan opuestos y le gustaron las pecas de Pitu, a Pitu le gustó toda Martu y un poco que Martu gustara de él. Estuvieron juntos y enamorados como 9 veranos. Hasta que llegó la yeta, el 13 en la quiniela o quinela como decía el Papá de Martu. A pitu le cayó un piano en la cabeza y murió en el acto, como en los dibujitos. Cuando Martu se enteró no lloró casi nada porque casi que se veía venir la desgracia con este muchacho, más si andaba solo. Ella le había dicho varias veces, en confidencia, que no ande solo, que ella le hacía contrapeso a la yeta que le había tocado de nacimiento con la coloradez de su piel. El funeral fue cortito porque se largó a llover. Con el tiempo todo el amor que le quedó a Martu le empezó como a salir por los poros y se puso un poco pesada con tanta miel, la gente la empezó a evitar. No dejaba bebé por acariciar, abrazaba a todo el mundo, llamaba por teléfono y no se le podía cortar. La gente del pueblo decía "todo bien con Martu, con su dulzura y con su suerte pero no me la banco más". Con la exclusión, hasta de su propia familia que no le decía la hora de la cena para no tenerla cerca, Martu terminó explotando. Explotó a la noche mientras dormía, en la casa se vió un destello de luz y cuando la encontraron en su cama en la mañana se había convertido en polvo de estrellas”
- Ehhh, casi te diría que no tiene sentido. Que te fuiste un poco de tema. Que son como tres cuentos en uno, que tiene cosas afanadas de películas… ¿Te parece verosímil?
- Tiene un final, tiene amor, tiene muerte, tiene juegos, tiene imaginación. No será tan refinado ni tan egoísta como el tuyo. Pero yo inventé una Martu y un Pitu que terminan, que son felices, que son y que terminan.
- Seamos sinceros, no sirve así, ni tu Martu ni la mía.¿La borramos y empezamos de cero?
- Sí, tenés razón. Pero nada de Martu, vamos con otra cosa. No tiene solución esa chica de Patagones, borrala que sino existe y eso me pone mal.
- Tiene que ser algo original…
- Que te parece si empezamos así
“El invierno de aquel año había sido crudo y largo..”

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