- By gogol
- In Tomado de la red
- Posted On 4 febrero, 2016
- Tags Historias cortas,reflexiones
Era un gran comediante, un maestro de la improvisación. Pero no sólo eso: tenía una gran talla humana.
Era un tipo generoso y compasivo. Sabía cómo desdramatizar las situaciones y crear buen ambiente a su alrededor.
Aún le recuerdo en el rodaje, bromeando con todos los actores y aliviando el estrés. Tuvimos una relación bastante cercana antes, durante e inmediatamente después de la película. Nos invitó a su casa, y ahí puede comprobar su auténtica personalidad. En el fondo era un introvertido que vivía bajo el peso de la fama.
De joven tuvo problemas de adicción al alcohol y las drogas, de adulto buscó refugio en la soledad”. Tuvo mala suerte con sus matrimonios y creo que le faltó amor.
Y murió también con graves problemas económicos, pese a los 21 millones de dólares que cobró por interpretarme. La gente de los estudios me decía: ni se te ocurra pedirle dinero a Robin. Yo le insinué que podría donar los 21 millones para la creación del hospital, pero no acabó contribuyendo a la causa, y eso es algo que no llegué a entender.
Su muerte me causó una tristeza y me hizo pensar mucho en las causas. Yo creo que Robin Williams murió bajo el peso de su propio papel.
Millones de admiradores esperaban mucho de él, y era de verdad muy querido: creo que pocos actores llegaban a su nivel.
Era un hombre tremendamente divertido, pero en su forma de mirar y de hablar podías percibir también un fondo de tristeza. Y también mucha humildad: nunca le vi ponerse por encima de nadie. Nunca ejerció de famoso, pero quizás la fama le pesó más de la cuenta
Patch Adams.
Publicado por: gogol