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Tú eres mi Roca, en medio de tantas inconstancias…. Tú permaneces cuando todo acaba, Tú eres el Terreno dónde puedo construir… Oh Roca Mía !!!, para toda la eternidad… Señor condúceme, a dónde iré lejos de tú aliento? Donde escaparé de tu mirada ? Te encontrare en lo alto del cielo, en el fonde del abismo y en el confín del mar.
Señor condúceme, guíame… segú tu voluntad, oh Señor… Tú eres mi liberador, alma de mi alma, la fuerza de mi salvación. Me volveré a tí y allí desacansará mi vida. Amado mío, tú eres mi Roca firme, cuando me dicen que no hay verdad alguna, tengo la certeza de que eres mi Hacedor… Cuando me dicen que no hay en qué confiar… doy a conocer que tú me serás siempre fiel… Cuando me dicen que el en el mundo hay poca fe, que ya nadie cree, estoy convencida que rompiendo las cadenas del egoísmo no con nuestras fuerzas, sino con la fuerza de Dios, toma sentido nuestra vida.
Nuestra vida, mi vida toma sentido si hacemos de ella un don… porque tú Jesús nos fuiste dado como don– el primer don– y en él hemos recibido gracia sobre gracia. (Jn. 1,16).
Jesús Roca mía… Jesús el Señor…