Allí estaba, palabra por palabra,el poema que ocupaba el lugar de una montaña.Él respiraba su oxígeno,aun cuando el libro estaba vuelto sobre el polvo de su mesa.Le recordaba cuánto había necesitadoun lugar al que ir por su propio camino,cómo había vuelto a componer los pinos,apartado las rocas y andado con cuidado entre las nubes,hasta hallar la atalaya que fuera la adecuada,donde estuviera él completo en un inexplicado completarse,la roca exacta donde sus inexactitudesdescubrieran, por fin, la vista hacia la cual habían avanzado,donde pudiera echarse y, fijando los ojos en el mar,reconocer su única y solitaria casa.
La roca
Wallace Stevens (Reading, Pensilvania, 2 de octubre de 1879 - Hartford, Connecticut, 2 de agosto de 1955)
