Rojas amaplas
Su pupila es luciérnaga en la antesala del corazón
En su cuerpo la ilusión acrecienta la luz
Como estrella en un mar celeste ilumina la noche.
En el cielo una madeja lunar teje su nombre
Y nadie sabe por qué su voz ondula en mi arteria rojas amapolas.
El autobús viaja en línea recta algo confundido
No sabe si va al norte o al sur
Pero yo distingo entre la piedra y el zafiro
Conozco el azul cristalino de su voz.
(En la gran ciudad los hijos de los hombres
Solo huelen asfalto y algunos miran con rencor)
Muy lejos en el torrente de todos los ríos
Su cuerpo transita sin quebranto
Lejos del cautiverio
En la nueva corriente el color de las aguas pinta su puerta
Con la señal del firmamento.
Con entusiasmo escudriño en el silencio
Mientras veo venir su voz
Allí busco entender la razón de dos iniciales
Que se miran cada tarde sin pudor.
Agustín Benelli