"Bronca cuando a plena luz del díaSacan a pasear su hipocresía.Bronca de la brava, de la mía,Bronca que se puede recitar...
Para los que toman lo que es nuestro con el guante de disimular...Para el que maneja los piolines de la marioneta universal.Para el que ha marcado las barajas y recibe siempre la mejor,Con el as de espadas nos domina y con el de bastos entra a dar y dar y dar
¡Marcha! Un, dos... No puedo ver tanta mentira organizada sin responder con voz ronca, mi bronca,mi bronca. "
Es una nueva. Ahora que irremediablemente voy para los cincuenta resulta que me pica la guita. Nunca pensé que me podía pasar a mí, tan espiritual, tan literaria, tan filantrópica, tan maternal y abnegada, tan boluda para tantas cosas, digamoslo. Pero así está la cosa: voy caminando por la calle y miro, sin poder dejar de ver, lo mal que se visten hoy en día los adultos de mi edad, incluida yo misma, y me saltan las lágrimas de la bronca. Y quiero guita para enmendarlo ya. Comprarme ese par de zapatos de una luca sin pensar en cómo carajo voy a hacer para llegar a fin de mes. Y no perdonársela a esa cartera de cuero en la tierra del campo... Hay una urgencia rara en mí, y siento que el tiempo se me diluye y se me va. Ya no aguanto más, no puedo esperar más. No puedo ni quiero esperar una época de vacas gordas, de bonanza equivocada, de esa que después se paga cara con una década perdida y pérfida como esta que no se acaba más. Decididamente no puedo esperar la demagogia de algún gobernante de turno que por fin se apiade de la clase media formada a la cual pertenezco sin orgullo y con pesar. Y lo peor de todo es que no se me mueve ni un pelo al admitirlo. Me pica la guita y estoy ronca de bronca.
Marcha de la Bronca , Miguel Cantilo e Invitados
A boca de jarro