Había rosas en el jardín.
Pero perdí el valor.
No me atreví a coger ni una siquiera.
Ni a olerlas ni a mirarlas ni a desearlas.
Siquiera...
Creí que había reglas, órdenes, barreras.
Creí que era un jardín cerrado,
con valla, con rejas y puerta.
Sentí miedo, ¿qué puedo decir?
No pretendo que me creas.
Ya no hay rosas, lo sé.
Tal vez haya un nuevo jardín.
¿Lo hay? ¿Y otras flores?
¿Tendrá valla, tendrá reglas?