Roy Ward Baker: Un exponente algo olvidado del fantástico británico.

Publicado el 19 septiembre 2009 por Fantomas
Roy Ward Baker nació en Londres el 16 de diciembre de 1916. Desde temprana edad mostró cierto interés en el mundo del cine, declarando su deseo de trabajar al interior de la industria cinematográfica. Su deseo se mantuvo en el tiempo y en 1934, él ingresó a la industría como mandadero del departamento de producción del estudio Gainsborough. Con el tiempo, Baker se dió cuenta de que había tomado la decisión correcta, ya que pudo moverse al interior del estudio con cierta libertad, lo que le permitió adquirir diversos conocimientos acerca del proceso de filmación de una película. A los 19 años de edad, se convirtió en el encargado de los fotogramas y en el director de locaciones del estudio. Baker declararía, “Trabajé en más de cuarenta películas en seis años”. Toda una hazaña si tenemos en cuenta que en la actualidad, la gran mayoría de los realizadores trabajan como mucho en 30 películas a lo largo de su carrera. En un corto periodo de tiempo, Baker pasó de ser el tercer asistente del director, a segundo asistente, lo que le dió la oportunidad de trabajar junto a Alfred Hitchcock en “The Lady Vanishes” (1938).

Baker declararía en una ocasión, “Tuve la fortuna de trabajar con Hitchcock, y también con Sir Carol Reed en cuatro o cinco films, lo que resultó ser sumamente importante en términos de mi desarrollo”. Baker aún se encontraba trabajando en la Gainsborough cuando fue reclutado por el ejército. Sin embargo, esto no detendría su carrera en el cine, ya que luego de dos años en la infanteria, el sería enviado al Army Kinematograph Service, donde trabajaría como jefe de producción de la unidad responsable de los films de entrenamiento realizados por la 20th Century Fox en los estudios Wembley. Luego de seis semanas, Baker comenzaría a dirigir algunas cintas que trataban el rol de la Seguridad Ciudadana durante una invasión. Durante este periodo, Baker entablaría una amistad con el escritor de thrillers, Eric Ambler, quien también formaba parte de la unidad de Baker como actor y productor. Cuando la guerra llegaba a su fin, a Ambler se le encargó un guión para la Two Cities Production Company. Debido a que posteriormente se convirtió en productor del proyecto, Ambler le ofreció la dirección del film a Baker, quien aceptó de inmediato. “The October Man” (1947), sería el resultado de dicha colaboración.

No fue hasta 1950, cuando se estrenó la cinta “Morning Departure”, que la carrera de Baker comenzó a despegar. El film recibió una serie de críticas favorables que tildaban a Baker, de entonces 32 años, como él niño maravilla de la industria cinematográfica británica. Gracias al éxito de esta cinta, Baker se trasladó a Hollywood, donde pasó tres años de su vida bajo contrato con la 20th Century Fox. Para Baker, esta experiencia sería inolvidable ya durante aquel periodo presenciaría el final del sistema de Estudios reinante en Hollywood. Además, su estadía en norteamérica le daría la oportunidad de trabajar junto a Marilyn Monroe antes de que esta se convirtiera en un ícono cultural. El film donde trabajó junto a la actriz sería “Don´t Bother To Knock” (1952), el cual gozaría de un éxito moderado. Cuando Baker regresó a Inglaterra, se dió cuenta de que tendría que construir su carrera nuevamente desde cero. Sería de la mano de la cinta “The One That Got Away” (1957), protagonizada por Hardy Krueger, que el director volvería a llamar la atención del público.
Durante la segunda mitad de los cincuenta y principios de los sesenta, Baker trabajaría mayormente bajo las órdenes de compañias asociadas con la Rank Organisation, siendo “A Night to Remember” (1958), el film más destacable del director durante ese periodo. Durante gran parte de la década de los sesenta, Baker trabajaría en el medio televisivo, específicamente en las series “The Human Jungle” (1963-64), “Gideon´s Way” (1964-65), “The Baron” (1966-67), “The Avengers” (1965-68), y “The Saint” (1963-86). Durante esta etapa de su carrera, Baker además de dirigir, se había convertido en productor. Luego de cinco años de trabajo en la televisión, Baker tendría su primer acercamiento con el cine fantástico cuando Anthony Nelson Keys lo invitó a dirigir el film “Quatermass and the Pit” (1967), para la Hammer. Al mismo tiempo, el director cambiaría su nombre de Roy Baker a Roy Ward Baker. Él apreciaría el volver a dirigir largometrajes, aunque nunca alcanzaría el estatus que gozó cuando trabajaba en la Rank durante la segunda mitad de los cincuenta.

La popularidad de estudios como la Hammer o la Amicus, se presentaron como una nueva fuente de trabajo en la industria cinematográfica para el director. A diferencia de las cintas de bajo presupuesto que Baker filmó en la década de los cincuenta, la Hammer contaba con más recursos en la realización de sus producciones. Por este motivo, gran parte de las primeras obras del director, terminaron desapareciendo a fines de los sesenta. Con la excepción de la comedia negra “The Anniversary” (1968), casi todas las cintas que Baker realizó después de 1962 pertenecían al género del horror o al de la ciencia ficción. Aunque ambos géneros eran comercialmente exitosos, la industría y los críticos en general los consideraban dentro de los géneros menos prestigiosos, lo que explicaría que Baker no fuera considerado como un director serio por la crítica. Su próximo film para la Hammer sería la olvidable cinta de ciencia ficción, “Moon Zero Two” (1969). Tras realizar un par de telefilmes (“The Spy Killer” y “Foreign Exchange”), Baker trabajaría nuevamente para la casa del martillo.
Varios años antes, Baker y su amigo Eric Ambler habían planeado adaptar la novela “Uncle Silas”, del escritor J. Sheridan Le Fanu, tan pronto terminaran sus labores en el ejército. Sin embargo, nunca trabajaron en el proyecto debido a que comenzarían a filmar “The October Man”. Baker sin embargo, estaba familiarizado con las novelas y las historia cortas de Le Fanu, por lo que en 1969, la Hammer le ofreció la adaptación de una de las novelas más conocidas del autor, “Carmilla”, la cual fue serializada en una revista llamada “The Dark Blue”, entre los años 1871 y 1872. “The Vampire Lovers” (1970), se convertiría en uno de los trabajos más controversiales del director, quien habría expresado su malestar con la cinta algunos años después, debido a que los productores lo presionaron para que incluyera una mayor cantidad de escenas de desnudos con tonos lésbicos. De todas formas, la obstinación de Baker por mantener el tono melancólico de la obra de Le Fanu logró que “The Vampire Lovers”, fuera la mejor entrada de la llamada “trilogía Karnstein” realizada por la Hammer en los setenta.

Su próxima cinta para el estudio, “Scars of Dracula” (1970), sufriría a causa del escaso presupuesto y el límitado calendario de filmaciones. Además sería ampliamente críticada por su aspecto de film barato y por las grandes dosis de violencia que presentaba la historia. Según Baker, “Cuando filmé Scars en 1970, las cintas se estaban volviendo cada vez más violentas y explícitas en la presentación de ciertos aspectos, debido a que la audiencia así lo quería, y la Hammer estaba intentando mantenerse a la moda. La violencia está escrita en el guión, y por esa razón yo la traspasé a la pantalla”. “Dr Jekyll and Sister Hyde” (1971), correría con mejor suerte que la cinta anterior. La historia mezclaba los asesinatos ocurridos en Whitechapel entre 1888 y 1891, con los personajes y las situaciones de la novela de Robert Louis Stevenson, “The Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde”. Este film fue reconocido por la crítica como una de las mejores películas estrenadas ese año, además de lograr un buen resultado a nivel de taquilla.
Tras volver a trabajar a la televisión por un corto periodo de tiempo, específicamente en la series, “The Persuaders” (1971-72) y “Jason King” (1971-72), Baker sería contratado por los estudios Amicus para filmar la que sería considerada como una de las mejores cintas de antologías del estudios. “Asylum” (1972), contaba con un guión del escritor Robert Bloch, y fue bien recibida tanto por el público como por la crítica. A esta le seguría otra cinta de antologías del estudio, “Vault of Horror” (1973), la cual según el mismo Baker, no resultó como el hubiese deseado, en gran medida por lo débil de las historias. Esta era una suerte de continuación del film realizado un año antes por Freddie Francis, “Tales From The Crypt” (1972). Su siguiente trabajo para la Amicus se convertiría en una nueva decepción para el director. “And Now The Screaming Starts!” (1973), era una de las cintas “tradicionales” del estudio, la cual también sufrió por presentar un guión mediocre. De todas formas, para Baker la realización de esta cinta no fue una completa perdida de tiempo; a los estupendos sets, se sumaba el excelente trabajo de fotografía de Denys Coop y el siempre destacable trabajo del actor Peter Cushing.

La última cinta que Baker filmó para la Hammer es tal vez la más curiosa de su filmografía. “The Legend of the 7 Golden Vampires” (1974), intentó colgarse de la creciente popularidad del cine de artes marciales, al mismo tiempo que presentaba una historia de vampiros. La historia es tan caótica como lo fue la realización de la cinta, y pese a no ser uno de sus mejores trabajos, con el correr de los años se ha transformado en un film de culto. Su último largometraje para el cine sería “The Monster Club” (1980), la cual es una cinta de antologías que pese a contar con la presencia de Vincent Price y John Carradine, estaba compuesta por historias poco interesantes. Baker continuaría su carrera como director en la televisión, participando en la realización de un buen número de series como por ejemplo; “The Irish R.M.” (1984-85), “Minder” (1979-89), y “The Good Guys” (1992), entre otras. Con una carrera repleta de altos y bajos, donde se destaca su paso por Hollywood y su asociación con los estudios Hammer y Amicus, Roy Ward Baker será siempre recordado por su contribución al cine fantástico, con joyas como "Quatermass and the Pit", “Asylum” o “Dr Jekyll and Sister Hyde”.


por Fantomas.