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MANERAS DE LUCHAR
Que no me digan
que escriben simplemente
que dicen el poema
sin pensarlo siquiera.
Que él nace porque sí.
Es un arduo trabajo,
un oficio de herreros,
un hacer proletario.
Un cansancio que continuará mañana.
Que no me digan
que se hacen poemas sin sudores,
sin una violenta y larga jornada de trabajo.
Tengo las manos de un labriego.
Duras, gastadas, llenas de poemas.
Rubén Vela.