Rubì

-Escucha y deja ya ese maldito taco, nunca lograrás meter esa bola Eddie. Tengo bien claro lo que haremos, si que lo tengo, rayos.
Eddie deja el taco. Llama a la moza.
-¿Qué quieres tomar ricura?
-Nada, sólo te llamé para ver como te largas.
Eddie escupió un carozo de aceituna.
-Deja ya las bobadas imbécil. Lee esto, si es que sabes leer.
Eddie se acerca al diario como si fuera que fuera a inspeccionar un extraterrestre. Las letras de molde anunciaban la llegada de un rubí del rajá Kamiraputra al museo de la ciudad.
-Lo robaremos, si señor y te diré como. Presta atención, pensé cada detalle.
Eddie vuelve sigue mirando a la moza de atrás.
-Le pediremos el traje de conejo a tu hermana. Yo iré de esmoquin. Todo el mundo cuando entremos al museo nos mirarán, tal vez quieran prohibirnos la entrada, eso nos haría las cosas fáciles. Armaríamos un buen lío y de ahí a  la cárcel. Recuerdas la cárcel verdad.
Eddie volvió la mirada hacia Paul y se señaló una cicatriz abajo de su quijada.
-No molestes con esa bobada, recuerdo cuando caíste de tu bicicleta idiota. Si nadie nos para debemos realizar algo muy estúpido como robar una billetera. Esos infelices deben creer que estamos en la cárcel.¿ Me sigues? Saca la mano de tu nariz  mientras te hablo.
Un camello intenta mejorar su noche, ambos bandidos lo rechazan.
- No nos retendrán mucho tiempo ahí. Ese es nuestra primer coartada. Nadie sería tan imbécil de volver donde robo.
-Pero nosotros sí. (Eddie rió a carcajadas)
- Volveremos de noche. Tumbaremos la puerta, si hay guardias tiraremos a quemarropa. Llegaremos donde está el rubí rompiendo todo y matando todo lo que se nos cruce. Tiraremos nuestros documentos y dejaremos nuestras huellas en cada lugar donde podamos. Luego escaparemos.
-¿Como escaparemos? (Dijo Eddie con la bragueta desabrochada)
-Como entramos, a los tiros. Luego viene la mejor parte del plan, presta atención energúmeno: Luego pediremos rescate por el rubí. Publicaremos un aviso en el diario, tan grande como ese.
Paul señala un aviso en el que se ofrecen camiones atmosféricos.
-Ahí tendremos a todos los malditos policías sobre nosotros, la ciudad, el país. Hasta a los indios dueños del Rubí.
-¿Donde quieres llegar Paul?
- Al infinito. Seremos inmortales. Será el robo más estúpido de la historia. Algunos nos defenderán, creerán que es una conspiración. Otros nos querrán en la hoguera. Peleas, la prensa escandalizada. Tal vez nos envíen a la prisión más pulguienta y segura de todas.  ¿Estas conmigo bribón? ¿No deseas pasar a la historia como el tonto que eres?
- Paul, sabes que te conozco, y muero de ganas de realizar este robo. Si fuera por mi, lo haría sin dudarlo. Pero creo que no podremos.
-¿Porque lo dices maldito cobarde?
-Porque tenemos cuatro armas apuntando a nuestras cabezas en este momento.
El estruendo dejó en silencio el bar. Cuatro tipos entraron al bar, una semana después robarían el rubí. Nadie jamás supo quienes eran pero trataron bien a la moza.