Algunas veces hace falta convivir con un perro para darse cuenta de que los seres humanos, en ocasiones, deshumanizamos las cosas que creamos y los lugares en que vivimos.
Signifique lo que signifique esto, claro, porque Rufián y yo no tenemos muy claro que es mejor, si ser un ser humano o cualquier otro animal.
¿No os parece que, algunas veces,en ocasiones, es muy difícil ser un ser humano y vivir en una ciudad? Pues ya ni os contamos cómo de difícil es si eres un animal con un poco más de pelo.
O menos, que nunca se sabe.
Y, como Rufián y yo somos perros callejeros y un poco libres por antonomasia… pues… Y que conste que Rufián y yo no defendemos que se pasee con los perros de cualquier manera, sin estar totalmente atentos al resto de los perros y de las personas, a los cruces y los coches (cómo no vamos a pensar Rufián y yo en los coches)… Y que pensamos que esto sólo deben hacerlo perros y seres humanos pacíficos y amistosos, respetuosos, ...