Amo los ruiditos de B: su respiración y sus ronquidos; los sonidos que hace al tomar biberón y al comer. Amo cada pequeña y perfecta parte de su cuerpo. Si dijera que amo su olor, no podría ser mentira; pero la verdad es que no soy muy olfativa: recuerdo el aroma de su shampoo o de su jabón, no el de ella.
Entre todo eso, lo que amo más son sus ruiditos; especialmente los que hace cuando se avoraza comiendo algo que le gusta.
Silvia Parque