Se supone que el 30 de marzo inician las campañas electorales rumbo a la elección presidencial (y de senadores y diputados). No tengo tele y no uso el radio, así que solamente sufriré la invasión a través de las redes sociales virtuales y lo que me toque por la calle. Pero a lo que realmente me gustaría huirle es a lo que llamaré "campañas civiles": las que hace la gente a la que no le pagan. Me chocan.
Me cae mal el espectáculo de la ignorancia y la soberbia con el que las personas explican por qué su postura política es la buena; pero peor me cae el circo de descalificaciones e insultos con el que "explican" por qué las posturas de los otros son las malas. Entre el mar de hostilidades, están los que inician anunciando que ellos sí respetan, "peeero"... y en el "pero", la puerca torció el rabo. Un fastidio.
Ni qué decir cuando familiares y amigos hacen publicaciones ofensivas, que desinforman, etc. Por la relación afectiva, no cabe responder en el tono que correspondería y por el tipo de espacios de interacción, no se puede dialogar ni discutir. Opto por pasar de largo.
Pasar de largo será mi política.
Cuando tenga tiempo, escribiré algo breve sobre mi elección, sobre todo como ejercicio esclarecedor para mí misma; nada más.
Sé que en algún momento me dejaré llevar por la implicación y comentaré algo, compartiré algo. Seguramente hacia la recta final de las campañas, tendré algo que decir. Pero intentaré no hacerlo. Solo pasar de largo.
Silvia Parque