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Rusia anunció la composición definitiva del equipo de seis voluntarios que participará en el simulacro de vuelo a Marte que comienza el próximo día 3 de junio y tendrá una duración de 520 días. “La tripulación estará encabezada por el ruso Alexéi Sítev. Otro ruso, Sujrob Kamólov, ocupará el cargo de médico. Una de las tres plazas de investigadores científicos fue concedida al también ruso Alexander Smoliévski“, informó a la agencia Interfax el Instituto de Problemas Biomédicos (IPBM) de la Academia de Ciencias de Rusia.
Los otros tres participantes en el experimento son el francés Romain Charles, que será el ingeniero de a bordo, y el ítalo-colombiano Diego Urbina, además del chino Wang Yue en calidad de investigadores científicos. De este modo quedó excluido de la tripulación el ruso Mijaíl Sinélnikov, que el pasado 18 de mayo, durante la presentación oficial en Moscú del proyecto “Marte-500“, fue señalado como uno de los candidatos de Rusia a participar en el proyecto.
Inicialmente estaba previsto que la tripulación estuviera formada por cuatro voluntarios rusos y dos europeos, pero posteriormente se llegó a un acuerdo con la Agencia Espacial China para conceder un puesto a un voluntario de ese país. Por participar en el experimento, los rusos recibirán cada uno aproximadamente tres millones de rublos (unos 78.000 euros), cifra similar a la que obtendrán los europeos, indicó el director del proyecto, Borís Morukov.
Miembros seleccionados para esta "simulación".
Los 6 participantes permanecerán en un módulo científico aislados del mundo más de 500 días, el tiempo del viaje de ida y vuelta a Marte, más una estancia simulada de 30 días en la superficie marciana. El ensayo fue ideado para poner a prueba la compatibilidad psicológica y la tolerancia de los integrantes de la tripulación, lo que permitirá estudiar los efectos del aislamiento de larga duración.
Hay que tener en cuenta que no resulta nada sencillo para una persona resistir tantos meses confinado en un espacio reducido, sin contacto con el exterior, ingiriendo alimentos imposibles y compartiendo los pocos metros de espacio con 5 personas más.
La presión del aislamiento puede llevar a los participantes a situaciones críticas que deben ser estudiadas para poder evitarlas en el futuro cuando se encuentre la nave realmente en órbita. Las condiciones de vida simularán al máximo las existentes en el vuelo real.
Esquema del lugar de hacinamiento.
No saldrán de sus módulos, donde además se reciclarán líquidos y aire como sucedería en una nave. En la versión “extendida” del experimento, realizaran “paseos” sobre una superficie como la de Marte. También se mantendrá una limitación en las comunicaciones "con la Tierra", y es la incorporación de un retraso conforme se alejan hacia Marte, para simular la imposibilidad de hablar en directo y someterse a los dictados de la limitación de la velocidad de la luz: el desfase llegará a ser de 40 minutos en algunos momentos del viaje entre pregunta y respuesta.
Hay pocos lujos en el interior de símil pino de los compartimentos. Disponen de una TV plana grande, una tetera y una nevera vacía. Pero la sensación general era de estar apretado, sin aire y sin ventanas. Las habitaciones para dormir son particularmente pequeñas y aparentemente no están aisladas del ruido. Cada voluntario puede traer una maleta de objetos personales, incluyendo libros, música, DVD y juegos como ajedrez.
Trabajarán en turnos de hasta 10 horas durante la noche o el día, en los que llevarán a cabo experimentos científicos y revisarán los sistemas a bordo para asegurarse de que estén funcionando bien. De todos modos, experiencias de aislamiento reales ya tenemos con la Estación Espacial Internacional, pues allí pasan mucho tiempo astronautas de todas las nacionalidades y hasta hoy no se han dado situaciones dignas de convertirse en película de ciencia-ficción.
Fuente: Noticiario Diario
No saldrán de sus módulos, donde además se reciclarán líquidos y aire como sucedería en una nave.
Quantum opina:
Este proyecto se asemeja mucho a Biosfera 2, una instalación en la que se intentaba estudiar el funcionamiento de un ecosistema artificial cerrado, con miras a recrear un ambiente propicio para la colonización espacial; sin embargo dentro de los problemas confrontados estuvo el relacionado con la carencia de oxigeno pues su nivel estaba bajando demasiado, con lo que no se cumplió al 100% el objetivo inicial. Posteriormente se hizo una segunda etapa, que iba a durar diez meses y apenas pudo durar un solo mes, antes de que fuera saboteado por miembros de la tripulación de la primera etapa en medio de enormes discusiones y problemas con el equipo de dirección.
La convivencia entre personas con distintas costumbres y formaciones culturales es apreciable hoy en día en la Estación Espacial Internacional, que al igual que el proyecto Biosfera 2 tiene problemas relacionados con la convivencia de sus ocupantes; por ejemplo el uso del retrete, asi como el hecho de que cada astronauta tenga que comer sólo la comida que envía su agencia y que el acceso a distintos dispositivos e instalaciones como los servicios o las máquinas de ejercicio estén también controlados.
Cabe destacar que este nuevo proyecto (Mars500 o Marte 500) no tendrá la presión mental en sus participantes si alguno de ellos opta por abandonar la misión, tampoco tendrán gravedad cero ni recibiran exposición a las radiaciones. Es mas una prueba para medir las conductas humanas bajo extremas condiciones de aislamiento.
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