Hace unos meses conté por aquí la rutina nocturna del piojillo, como antes de irse a la cama, en aquellos momentos aún cuna, pasábamos por la ventana y le dábamos las buenas noches a una familia muy especial, la familia Ardilla. Desde hace un tiempo nuestras rutinas nocturnas han ido cambiando, hemos dejado de saludar a los Ardilla, aunque seguimos saludándolos muchas veces desde la ventana y al pasar por debajo del pino, en el que habitan.
El mayor cambio es que el piojo desde el mes de agosto duerme en cama, primero en una provisional y desde enero en su flamante nueva cama. ¿Consecuencias? Ha pasado de dormir entre rejas a la libertad, que aveces se convierte en libertinaje ya que puede bajarse de la cama cuando le apetece y te lo puedes encontrar sacando juguetes de los cajones o corriendo por el pasillo.
Obviamente, no íbamos a tolerarle sus locurillas nocturnas y unas noche papá y otras mamá se quedan confiscando sus intentos de huida al mundo de los sueños.Desde hace un mes es unas noches mamá y otras mamá porque el piojo ha caído en eso que algunos llaman mamitis y que espero y deseo que como a mí le dure toda la vida, eeeeeh....pero sin abusar!!!
Así que todas las noches mamá se queda con él hasta que cae en los brazos de Morfeo pero antes de meternos en la cama en busca del sueño perdido, al menos el mío está perdido y ni Indiana Jones lo ha encontrado, tenemos el ritual de besos y abrazos.
Y es entonces cuando se escucha....
Gaboooooooooooooo...Gabooooooooooo....veeeeeeeeeeeeeeeeen.....
y cuando su colega del COMANDO PIOJO llega suelta...
Gaboooooo...un abrazoooooo.....
y tras los besos y abrazos con su colega canino llegan los abrazos a papá y el abrazo colectivo de los tres!!! Y entonces papá apaga la luz, cierra la puerta y nosotros contamos las estrellas que brillan frente a nosotros....¡dulces sueños!