De todas las veces que os he descrito la dicha y el sabor de la Galicia que una vez me rescato, ni una sola, os he dejado entrever mi añoranza, por el perfumado viento azul del mar, el luminoso destello blanco de las arenas y el romper de las olas contra los escarpados bajos de mi isla .
Los bosques de sabinas que rodean Sa Torre...
El faro en Porto Colom, para iluminar, mis amores tardíos...
El llaud de madera pintado..., en la proa tu nombre...
Atávicas cepas de vides y brillantes salinas, para hacer al hombre, hombre y recoger yo, su esencia..., afortunada mujer al sentir en mi piel, la pasión del pintor en su búsqueda de Ítaca.
Mi latido se detuvo, cuando abandoné mi isla, mi desnudez, se hizo patente al alcanzar el frío de otras tierras, de otras vidas, que el destino me tenía por presentes...
Escucho en Deià la frase del poeta...
" en mi isla, todos los caminos son el mar, infinitas escaleras hacia el cielo, dormir sin nadie que vele mi sueño...morir dormido".
otro día os diré mas...
Dawn 19 agosto 2016