En nuestra visita a la localidad de Salinas, no podemos irnos sin pasar por el Museo de las Anclas de Philippe Cousteau. Un homenaje al mar y a las gentes que dieron su vida por ella, idea original de Agustín Santarúa.
Se pensó en la figura de Cousteau, por representar ese enlace entre el hombre y la marca, que duró hasta el final de su vida.
Ubicado en una atalaya conocida como La Peñona y junto al túnel de Arnao, el de las anclas es una concepción de museo al aire libre donde podemos ver distintas referencias al mar: velas, figuras alegóricas o el Templo de los Océanos. Pero donde destaca sobremanera, su colección de anclas cedidas desde distintas ubicaciones del mundo.
Resalta en uno de sus rincones, el busto de Philippe Cousteau. Encargado a Vicente Santarúa, Hermano de Agustín Santarúa, y autor de otros celebres trabajos, como el Woody Allen que pasea por las calles de Oviedo.
Un promontorio de enorme belleza paisajística, donde el mar toma el protagonismo. Solo debemos acercarnos a sus acantilados para encandilarnos con el rugir de las olas o sentarnos en su anfiteatro y relajarnos con las vistas de la playa de Salinas.