No hay excusas, así que aquí estoy, trying to make amends...
El cumpleaños salió precioso. Lo único lamentable fue que mi suegra se indispuso justo esa tarde, y no pudo ir a la fiesta, pobre abuela, algo imposible de recuperar. Por suerte se puso bien a los pocos días.
Aparte de eso – que no es poca cosa, ya sé – todo anduvo a la perfección, como un mecanismo bien engrasado (y más valía, nos pasamos como seis meses engrasándolo para que así ocurriera). La quinceañera estaba hermosa, el servicio fue bueno y abundante, la música divertida, la banda cantó lindo, los invitados pasaron bien, y yo no lloré nadita (eso fue lo más meritorio). Pero sobre todo, Elisa estaba feliz, disfrutó su cumpleaños más que todos los demás juntos.
Saben, recién al leer los comentarios de mis amigos españoles me di cuenta de que la celebración de los quince años no se festejaba en España. Mi ignorancia en el tema me había hecho creer que era una celebración de origen español, como casi todas las que observamos que no son por motivos religiosos. Por supuesto eso picó mi curiosidad, así que investigué un poco y me sorprendí bastante.
Al parecer la celebración de los quince años en una mujer tiene varios orígenes, pero el consenso general parece ser que el origen primario fue una ceremonia proveniente de las culturas precolombinas mexicanas, que se mezcló luego con las tradiciones europeas de los conquistadores:
La “Quinceañera” es una gran celebración en la vida de una muchacha latina. Al cumplir quince años, la comunidad reconoce el pasaje de niña a mujer. La celebración se originó en la tradición azteca y tolteca en México.
En estas culturas, al llegar a la fecha de quince años, las jóvenes salían de la familia a la escuela “telpochcalli”, donde aprendían la historia y tradiciones de su cultura y se preparaban para el matrimonio. Luego, regresaban a la comunidad para celebrarles la fiesta de quinceañera.
Con la conquista, los aztecas perdieron mucho de su cultura. Los españoles, que eran católicos, incluyeron en la tradición indígena la inserción de una misa. En el siglo XIX, el emperador de México, Maximiliano, y su esposa Carlota, introdujeron el vals, los vestidos, y su importancia en la vida social, a la quinceañera.
Hoy en día la fiesta de quince se celebra en toda Latinoamérica y en las comunidades latinas de Estados Unidos, y su contenido religioso varía dependiendo del lugar. Debo decirles que Uruguay es un país completamente laico, por lo que la iglesia no aparece en esta celebración: no hay misas, ni bendiciones, ni siquiera una crucecita...
Pero sí tenemos el vestido blanco, el vals, el brindis y la ceremonia de las velas, y sobre todo, este ‘rito de pasaje’, totalmente simbólico, de niña a mujer.
Mi dios, ¡qué vieja estoy!
EriSada