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salmón para uno

Publicado el 01 febrero 2013 por Mikeyf
Siempre que como a solas me acuerdo de la película "¡Porque lo digo yo!", protagonizada por Mandy Moore y Diane Keaton, en el papel de su avasalladora madre.  La hija tiene una vida amorosa desastrosa, y su madre decide poner un anuncio en Internet para buscarle novio.  Típica comedia romántica que se sabe cómo acaba desde el principio, pero eso no quiere decir que: a) no vaya a llorar cuando llega el final feliz y b) no acabara comprándome el deuvedé en su momento.
En el súper romántico final, Milly (Mandy Moore) está dando clases de "cocina para uno" a un grupo de ancianos.  Suponemos que viudos y viudas que ahora tienen que aprender a cocinar para uno solo.  Y siempre que cocino para mí, siempre que me siento a la mesa de la cocina (o de la terraza) con mi libro y mi platito, me siento un poco ridículo y un poco patético.  Una bobada realmente, teniendo en cuenta que el noventa por cien de las veces como acompañado.
salmón para uno
Pero he de admitir que lo paso mal, y es que a mí la soledad me asusta tanto como me encanta.  Mis hobbies no necesitan de compañía realmente.  Leer, escribir, cocinar, ir al cine, pasear.  Son todo cosas que se pueden hacer solo tranquilamente.  No es como si me gustara jugar a baloncesto, o practicar pádel, o cualquier otro tipo de deporte o hobby en el que se requiera la compañía de, al menos, una persona más.  En realidad, atesoro mis momentos de tranquilidad, ya sea leyendo, escuchando musica, rezando y meditando, o simplemente viendo el tiempo pasar.  Pero a la vez tengo un pánico horroroso a estar solo.  Y cuando cocino solo para mí, igual que me encanta porque no tengo que preocuparme de si les gustara o no a los demás lo que voy a preparar, me da miedo el pensar que voy a pasar el resto de mi vida cocinando sólo para mí.
Después de más de cinco años soltero se me hace difícil el intentar conocer a alguien.  Normalmente digo que es pereza, pero me da que, en realidad, es miedo al rechazo, a no ser lo suficientemente bueno, a no estar a la altura.  Y los últimos dos años de mi vida no ayudan en ese campo.  Cuando uno pierde un trabajo siente como que no sirve para eso.  Aún más en mi caso, cuando yo estaba trabajando en una tienda de ropa, en lo único en lo que había trabajado en mi vida, sin estudios universitarios, ni experiencia más allá de trabajar en una tienda.  Levantarte sin un propósito, sin saber muy bien como iría el día, es lo que hacía todo más difícil.
Durante todo ese tiempo, uno se pregunta si las cosas mejoraran, si conseguiremos superarlo todo, y todavía, hoy en día, cuando estoy inmerso en un nuevo proyecto laboral, no puedo quitarme del fondo de mi mente esa duda, esa pregunta, ¿seré lo suficientemente bueno?  Es esa falta de confianza en uno mismo lo que hace que la soledad se haga cuesta arriba.
En los últimos meses mi vida ha cambiado mucho.  No sólo tengo un proyecto laboral muy interesante, sino que mi hermana ha tenido un hijo, y he conseguido aprender que yo también soy necesario para ciertas cosas.  Todavía hay días en los que uno se levanta con dudas, pero por lo menos lo intentamos.  Me obligo a despertarme sonríendo, aunque a lo largo del día se me vaya avinagrando el carácter, ya sea con un revés en el trabajo, una mala palabra o un mal gesto en el entorno familiar.  Pero todas las mañanas intento sonreír, doy gracias a Dios por la oportunidad de seguir adelante, y todas las noches agradezco el día que he tenido y todo lo que he aprendido de él.  En mi caso lo hago a Dios, pero supongo que el hecho de meditar sobre el día y sentirse agradecido no es necesariamente un escenario religioso.
salmón para uno
Ayer comí solo.  Mis padres estaban fuera, mi hermana trabajando y había unos lomos en salmón en casa y decidí que buscaría alguna receta fácil y rápida y la encontré en "La Cocina de Nigella Lawson".  La receta de Nigella estaba acompañada de unos fideos de Singapur, pero yo no tenía intención de ponerme a cocer pasta, así que yo decidí acompañarlo con un poco de cebolla y pimiento pochados.
salmón para uno

Salmón dorado con cebolla y pimiento (adaptado de Nigella Lawson)
Necesitarás:
1 cuarto de una cebolla blanca grande
1/2 pimiento verde grande
1 cucharadita de curry madrás
Sal y aceite
1 lomo de salmón (de unos 250 g.)
1/2 cucharadita de curry madrás
1/2 cucharadita de sal gorda
1/4 cucharadita de azucar
Aceite.
Método:
Calentamos una cucharada de aceite en una sartén.
Cortamos en juliana la cebolla y el pimiento.  Lo rocíamos con la primera cucharadita de curry y sal y lo mezclamos para que se impregne de ároma y sabor de las especias.  Lo pochamos en la sartén.
Mientras se está pochando la verdura, mezclamos la otra media cucharadita de curry con la sal y el azucar en un plato llano.  Rebozamos el salmón en la mezcla, hasta que todas las partes estén cubiertas con la mezcla de especias.
Una vez están las verduras las servimos en el plato que vayamos a usar para comer (estamos solos así que no hace falta volverse locos con miles de platos).  En esa misma sarten, echamos otro poco de aceite (el justo para que no se pegue el salmón) y freímos el lomo de salmón a fuego medio-alto, para que se cocine todo no solo los bordes.  Depende del grosor del salmón tardara más o menos.  Unos cuatro-cinco minutos por parte será suficiente, sellando también los laterales. 
Servir y disfrutar.

He de decir que Nigella nunca me falla.  La adoración que la profeso es comparable a mi amor por Gwyneth Paltrow, pero esa es otra historia. 
Hacía algo de viento fresquito todavía, pero aproveché para comer en la terraza, terminando de releer "La Inquilina de Wildfell Hall" y disfrutando del día tan bonito que salió.  A veces estar solo me gusta y todo.


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