El título define la esencia y la historia misma del film. Fiel a su estilo, Oliver Stone crea una atmósfera crudísima y violenta acerca del tráfico de drogas. Un mundo en donde las extorsiones y las torturas están a la orden del día, en donde conciliar un negocio con alguien del entorno o fuera de él puede resultar una trampa mortal. Se destaca, pese a la extensa duración de la cinta (130 min.), la dinámica que adopta el director para enmarcar el relato. Lo hace ameno, ágil, vigoroso y desbordante de excesos de modo tal que genere impacto en el espectador. Más allá de una majestuosa actuación de Benicio Del Toro, capaz de robarse cada escena con una simple mirada o mueca que imponga respeto desde su vil personaje, cabe mencionar la sorpresiva interpretación que lleva a cabo y de manera progresiva Aaron Johnson. De factura técnica impecable, quizás algún desfasaje en el transcurso de la historia ensucia un poco los sucesos, pero en líneas generales hay poco por reprocharle a Salvajes. Si sos susceptible y estás acostumbrado al cine tradicional probablemente no te agrade demasiado; ahora si buscás un relato distinto, lleno de excesos, crudo, violento, sangriento y conocés el estilo del director, es muy factible que el film te deje una más que cautivante sensación.
LO MEJOR: la manera en que se narra la historia, la dinámica que se le imprime, las pinceladas de acción y ecos de buen thriller. Soberbias actuaciones. LO PEOR: algunas resoluciones se alejan o poco que ver tienen con lo que veníamos viendo. Extensa. PUNTAJE: 7,20