Revista Talentos

San Patricio y la serpiente, chicas de Divito, hotel San Marco

Publicado el 20 marzo 2016 por Ptolomeo1

SerpienteLa noche se tiñe de verde y el aroma de la cerveza domina el aire cada 17 de marzo, día de la muerte del santo patrono de Irlanda, el célebre San Patricio. Cuatro días de desfiles y fiesta que se expanden desde Dublín al mundo para conmemorar al sacerdote católico que falleció en el año 461 después de haber enseñado a los isleños celtas a destilar cerveza, reconocer a la Santísima Trinidad empleando un trébol y, misteriosamente, espantar de la isla a la rastrera serpiente, extraña circunstancia dado que el ofidio no tenía arraigo en suelo irlandés.

La historia oficial es pródiga en alabanzas respecto de Patricio, nacido en Bretaña en el año 400, hijo de ciudadanos romanos con progenitor de rango funcional que le habría asegurado una infancia acomodada. Parece que fue raptado por los celtas cuando contaba con 16 años y trasladado a Irlanda como esclavo, donde se habría familiarizado con la cultura y el rol sacerdotal de los druidas. Un sueño revelador le habría permitido escapar seis años después y retornar a Bretaña.

En Francia cursó estudios religiosos, pero su fe lo impulsó a retornar a Irlanda para convertir al catolicismo a los rebeldes paganos celtas. Su primer objetivo fue encontrar al druida Milchu, quien lo había hecho prisionero, sin afán de venganza sino para lograr que abrazara la nueva fe; sin embargo, el celta se habría suicidado al tomar conocimiento del retorno de Patricio, quien se habría sentido desolado por esta circunstancia. A partir de este momento el santo habría logrado la expulsión del ofidio luego de la ardua empresa de la cristianización.

Claro que la edulcorada versión no incluye los métodos poco ortodoxos de los que se habría valido Patricio para consumar su objetivo, entre ellos la quema de 180 libros sagrados de los druidas convirtiendo en cenizas los saberes ancestrales de los habitantes originarios de Irlanda. Aquellos sabios, como pueblo antiguo, tributaban a la simbología serpentina en tanto representante de la Triple Diosa: Tiamat en Babilonia, Ofión para los griegos, Nagua en China, la Huayrapuca calchaquí, Itzcóatl, la serpiente de obsidiana, la tentadora habitante del Edén… Aquí y allá la sierpe se erigía, ondulante, hasta que el patriarcado escindió la matrística lunar en aras de una dominación solar masculina.

Birgit, la flecha flamígera de Irlanda que conjugaba la energía de Imbolc, era la patrona de los druidas y la Triple Diosa en su aspecto de doncella: cisne y serpiente eran sus animales sagrados, la última contenida en el cuello del primero. Cuando por obra y gracia de San Patricio la indómita Birgit mutó en Santa Brígida, el templo de Kildare que le estaba consagrado fue reconvertido en monasterio pero el fuego sagrado que la representaba se mantuvo vivo hasta el siglo XIII, cuando Enrique VIII produjo la escisión protestante y el convento fue clausurado.

Sin embargo, el 2 de febrero de 1996 se volvió a encender la llama que aquellos druidas mantenían siempre viva en homenaje a la adorada Birgit por obra de una monja devota de Santa Brígida, hoy venerada como patrona del país: quizás San Patricio no logró finalmente su cometido, la serpiente sólo ha cambiado de piel y aún pervive, eterna, en la verde Irlanda.

Chicas de Divito

Chicas de DivitoJosé Antonio Guillermo Divito, oriundo de Buenos Aires, despuntó el gusto por el dibujo cuando contaba 18 años, allá por 1932. Al principio sus personajes creados en tinta y técnicas mixtas poblaron revistas y periódicos de la época, pero el éxito que alcanzara con sus célebres mujeres, conocidas como chicas de Divito, lo impulsó a lanzar su propia publicación: Rico Tipo fue un éxito en 1944 y su tirada alcanzó los 350.000 ejemplares semanales.

A partir de ese momento los personajes creados por la imaginación desbordante de Divito reflejaron estereotipos y comportamientos sociales: Dr. Merengue, Fúlmine, Pochita Morfoni y las despampanantes chicas se convirtieron en compañeros cotidianos de la vida de varias generaciones. La temprana muerte física del autor en Brasil en el año 1969 determinó el cierre de la revista en 1972; sus creaciones perduran hasta la fecha y adquirieron el carácter de clásicos.

En el Centro Cultural Estación Terminal Sur se puede visitar la muestra Chicas de Divito, dibujos publicados en la revista Rico Tipo entre los años 1945 y 1969. Las increíbles mujeres de curvas despampanantes representan el sueño de los hombres de los años ´50, pero no sólo los ojos enormes y las piernas largas son atributos de las chicas de Divito, porque los diálogos entre ellas reflejan la crítica del autor respecto del lugar atribuído a la mujer y las convenciones sociales a las que debían someterse.

Punzante, desprejuiciado e incisivo, Divito fue un precursor y sus personajes constituyen un desafío a las rígidas pautas de la época. En abierta transgresión al carácter cuasi sacro con que las mujeres debían concebir el matrimonio, el diálogo que acompaña a la fotografía resulta sólo una muestra: “Dicen que la verdadera razón por la que un esposo tiene una sola esposa, es porque ningún hombre puede servir a dos amos”.

Hotel San Marco

Hotel San MarcoHay ciudades que por alguna razón nos resultan inaccesibles, enclaves que escapan a nuestra aprehensión aunque retornemos una y otra vez. En mi caso la ciudad de La Plata está incluída en esa categoría: la impronta laboral que resulta la razón del viaje impide palpitar su ritmo más allá de un vuelo rasante y apresurado.

Esta semana el calor tardío hizo sentir sus efectos y La Plata nos recibió por la tarde con más de 30 grados, una cubierta densa y soleada que resulta agobiante para quienes arribamos desde la costa marina. Unas pocas horas para dar alguna vuelta por los lugares conocidos: el Pasaje Rodrigo con las vidrieras exhibiendo inverosímil moda invernal, los bares rebosantes de la calle 7, la fachada clásica de la cervecería Modelo.

Y un temprano retorno al hotel para descansar antes de la jornada de trabajo que se avecina, un largo día de reuniones en edificios públicos que agradecen el respiro artificial del aire acondicionado. Una vez más el hotel San Marco me espera con la amabilidad de su personal, habitaciones cómodas, desayuno variado y un conjunto de amenities en el cuarto de baño: se agradece la deferencia.


San Patricio y la serpiente, chicas de Divito, hotel San Marco

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