Desde que tengo uso de razón jamás pedí nada a los Santos Reyes Magos y este año no fue la excepción; aunque de manera inesperada y por cuenta propia, me dejaron 2 regalos que pienso atesorar toda la vida: un kit de buenos consejos y una nueva amistad. ¿Pude haberles pedido algo mejor? Seguramente no. Prometo para el próximo año no olvidar recibirlos con los zapatos bien acomodados, una buena cantidad de pasto recién cortado y por supuesto, agua en abundancia.