Sara firmó, con un apretón de manos, a la antigua usanza, el negocio del siglo para ella, ya que los ojos se le hacían chiribitas de la cantidad de dinero, que de un momento a otro, iba a tener para poder seguir dándose la gran vida.
¡Que memoria más frágil, la tuya, porque seguro que a la Corte Inglesa, no se le va olvidar, nunca jamás"que además de traidora les saliste rana"!
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