Publicado el 06 mayo 2015 por 50palabras
@50palabras_
El hombre, furioso, entró a su casa. Asustada, la esposa no pronunció palabra. —La mujer sólo sirve para cocinar, lavar y planchar —gritó él, y luego le tiró una escoba—. ¡Ya sabes qué hacer! Ella, triste y enfurecida, agarró la escoba con firmeza y emprendió su vuelo por la ventana.