La verdad es que todo es culpa mía, claro.
He estado en tan baja forma durante los últimos años que he permitido que las palabras ajenas me afecten demasiado. Y me he creído insultos, y me he sentido insegura, y he bajado la guardia, y me he olvidado de mí misma.He intentado ser buena persona, no hacer daño a nadie y tratar de "amoldarme" a lo que se esperaba de mí en cada momento, para ver si de esta estúpida e ilusa forma de actuar no se alejaban de mí nunca más.He aceptado migajas, he bajado la cabeza ante los menosprecios y las faltas de respeto. He sonreído y murmurado que, total, no pasa nada, pues claro que podemos ser amigos. He intentado estar ahí en los momentos duros de los demás, y he mirado hacia otra parte cuando me fallaban. Yo siempre perdono.He hecho cosas sin querer hacerlas. He dejado de creerme mis palabras. Me he sentido una extraña en mi cuerpo y me he sorprendido a mí misma en mitad de situaciones en las que me sentía una extraterrestre. He pulido tanto mis principios que ahora ya no los reconozco. Me he maquillado por dentro y por fuera. He ido perdiendo la ilusión y el rumbo. Me he conformado con lo que pensé que me merecía.
Y la maldita realidad es que con tanto esfuerzo en justificarme, en hacer lo que se supone que tengo que hacer y en ese ansia desmesurada por que no se alejaran... me he alejado yo, pero de mí misma. Hasta ahora.
Al carajo hacer lo correcto. Estoy sola, y lo cierto es que me gusta.
Se acabó.