Se ahoga el verso, en el beso, en el vaso de alcohol.
Publicado el 26 julio 2012 por BeatriceTap, tap, tap, tap. Golpea el suelo con pie inquieto mientras el humo lechoso invade la habitación. El veneno aguarda, verdoso, en la copa a la espera de que decida matarse solo un poco más, un día más. Maldito, se siente maldito, se sabe maldito. Se ahoga el verso, en el beso, en el vaso de alcohol. Recuerda tiempos mejores, vidas mejores, poemas mejores.
Es la maldición del poeta, escribir con sangre, con órganos, con vida. Escribir temblores, dolores, amores y muertes. Pecados, infiernos, paraísos, demonios internos. En la ventana la aurora empieza a despuntar, los ojos llorosos anuncian el nuevo día. El cuerpo, derrotado, drogado, rajado, se deja llevar. Una última gota de sudor emborrona su obra.