Además, y como no terminó el mundo, quedarán en nuestros corazones las ideas del papa que, contagiado de tanto recorte en los gobiernos mediterráneos, decidió aplicar un ERE en su complejo simbólico -adiós a la mula y al buey- así como una deslocalización de sus fichajes de cierre de temporada, al hacer que los reyes magos no vinieran de oriente, sino de los antiguos territorios tartesos. Vamos, del oeste de Andalucia. Ya veremos si estos cambios son definitivos o o volvemos al concepto prebenedictino si Angela Merkel y la Troika toman las riendas del Vaticano.
alfonsovazquez.comciberantropólogo