Como dice el refrán: «Cuando veas las barbas de tu vecino quemar, pon las tuyas a remojar».
Los hipermercados están viendo como la crisis recorta a marchas forzadas sus ingresos, ¿qué hacer? Rebajar los precios publicitando ofertas que atraigan al consumidor y le hagan “caer” en la trampa.
Desde luego, las trampas han existido siempre aunque no fuéramos conscientes de ello porque tampoco se miraba el euro hasta el último céntimo como se comienza a hacer ahora. Si hubiera sido así, se tendría que haber hecho un boicot a todos aquellos establecimientos que en su momento se dedicaron al famoso y vergonzoso «redondeo»; al igual que los que ponían un uno delante, o una coma después del uno que existía, en las pesetas para convertirlo en euros.
Ahora se ha desatado una guerra clara y directa entre ellos, los hipermercados. Ofertan un descuento del 40 % si se compran más de tres unidades del mismo producto; tres unidades por el precio de dos; algunos rebajan el 20 o el 30 % en productos básicos; la aparición de marcas “blancas” o, la última, devuelven el IVA de los productos comprados.
Está claro, nadie quiere perder dinero y para ello vale todo. ¿Qué tiene que hacer el consumidor? No caer en las trampas e ir a cada supermercado, o hiper, a comprar las ofertas que le interesan sin comprar otros productos que se le colocarán a la vista para pique pero que no están a precios económicos (a veces lo contrario, así recuperan el «dinero rebajado» en los demás).
Ya sabéis, ojo avizor: buscar, comparar precios y ahorrar.