No por esperada ha resultado menos triste la muerte de Chavela Vargas. La cantante había sido hospitalizada recientemente en Madrid a causa del agotamiento; con 93 años había pasado por España para presentar en directo su último disco. Consciente del coste físico del viaje regresó a México, país que la acogió y donde siempre ha vivido (ella nació en Costa Rica) para morir en paz.
Chavela Vargas se ha ido habiendo cumplido una misión musical cumplida nunca suficientemente reconocida. Y es que ella fue capaz de dignificar la música tradicional mexicana y de llevarla a todo el mundo. Lo hizo prescindiendo de todos los aderezos: los mariachis, los colorines y ese aire festivo en todas las canciones. Hablando en un lenguaje actual, su opción fue absolutamente minimalista y revolucionaria en un mundo machista donde las mujeres podían ni siquiera cantar una ranchera. Chavela no solo lo hizo sino que además apareció en el escenario vestida con pantalón y poncho, acompañada de poco más que un par de guitarras y cantando de manera desgarrada (casi siempre con letras de José Alfredo Jiménez) sobre soledades y corazones rotos.
“Fui la primera mujer en ponerse pantalones en México, la tierra de los machos”, le contaba hace años en una entrevista a nuestra compañera de , Almudena Ávalos. “Quisieron deshacerse de mí muchas veces pero aquí estoy, nadie ha podido conmigo y no debo nada a nadie”, remataba.
Ella que dio sus primeros pasos cantando al lado de la bailarina erótica Yolanda Montes, Tongolele, en los años 50, renunció desde el principio a la imagen de mujer sexy que se esperaba de cualquier artista. Fiel a su pelo corto, el poncho estampado y pantalón. Su fuerza y presencia sobre el escenario salía de su garganta, de las tragedias sobre las que cantaba y de rodearse siempre de sus grandes amigos que la han apoyado y admirado (Joaquín Sabina, Ana Belén, el mismo José Alfredo Jiménez…).
Hoy, estos amigos y el mundo de la música y la cultura lloran su pérdida. Mientras los homenajes se suceden, nos quedamos con el que le ha dedicado Pedro Almodóvar a través de la página de El Deseo en Facebook. Es el más sentido. El director, a quien le unía una estrechísima amistad, se despide de ella con un sentido ‘Adiós Chavela, adiós volcán’.