A veces sucede que el nombre de las cosas envejece, se arruga, se muere. A veces sucede que el significado de una palabra se diluye con el tiempo y su valor se pierde. A veces todo esto le sucede a la palabra artesanía.
La pasión y la maestría deberían ser sinónimos de artesanía. Y también el esfuerzo, y el secreto, y el don, y la historia, y la familia, y el amor. La artesanía es el objeto más auténtico con el que se pueda comerciar hoy día. Porque las máquinas no tienen alma y con las manos se le da forma a la vida.
Y para todos aquellos que hubieran olvidado el valor de la palabra artesanía (y además os guste el fútbol de Messi y compañía) os recomendamos los artículos Pura artesanía (Ramón Besa, El País) y El fútbol es un proceso artesanal (Martí Perarnau, Sport).
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