Una de las características más comunes que veo en nuestra sociedad y en la mayoría de las personas, es que opinan de casi todo sin haber experimentado nada de lo que suelen criticar. Esto sucede también muy a menudo en programas de televisión en formato magacín donde los tertulianos están autorizados para hablar de economía, política, hechos policiales, juicios, fútbol, cocina, fórmula 1, temas emocionales, etc……(me parece una falta de profesionalismo total).
Lo que veo desafortunado en opinar de todo, es la crítica fácil y destructiva, la falta de respeto, de tacto, aunque hay que tener en cuenta que dentro de esos comentarios negativos suelen esconderse la envidia y la frustración propia.
Me parece estupendo y geniales los debates sobre diversos temas, porque estos ayudan a crecer y mejorar, pero me parecen adecuados cuando se hablan desde la propia experiencia, porque desde ese lugar se pueden transmitir muchas sensaciones que las teorías no explican ni cuentan.
Cuando se habla desde el conocimiento de haber experimentado el tema del que se debate, la crítica es constructiva y habitualmente se hace con respeto, sin egos (aunque siempre hay excepciones) y con precisión, en cambio cuando se habla desde la teoría o desde la emoción de no haberlo hecho, las críticas o los mensajes suelen ser destructivos y desafortunados.
Lo peor de estos comentarios es como afectan a la autoestima de aquellas personas que quieren emprender algo nuevo en sus vidas, y más si estos mensajes suelen vienen desde sus entornos más cercanos y de personas que aprecian bastante.
Lo mejor en estos casos para que la moral no se venga abajo, lo primero es conocer si esa persona ha experimentado lo que dice, en caso que no sea así, es bueno saber o conocer que frustración o problema esconde en ese comentario, porque esto es muy habitual lo de cortarles las alas a otros porque ellos no pudieron volar en su momento por las razones que sean.
Cuando una persona habla sobre lo que sea, está transmitiendo un mensaje en el cual se está escondiendo algo de su persona, porque en cada opinión que damos, estamos enviando algo nuestro, por eso no creo en absoluto en eso de la “objetividad”, para mi no existe cuando se opina de algo, por más que se esté fuera de la situación o se vea desde fuera, porque al dar una opinión se la está haciendo desde nuestras creencias, saboteadores, egos, experiencias, etc…… La única objetividad en la que creo es en la de los números, porque allí no hay opinión alguna, el 1 es 1 y el 20 es 20, pero la interpretación de ellos o su lectura ya será muchas veces “subjetiva”.
Me gustan mucho los debates en donde los participantes defienden ideas con fundamentos y experiencias propias, porque en estas charlas es un buen momento para poner a prueba nuestras creencias y filosofías de vida, es una forma perfecta de ver la validez de nuestros fundamentos, ya que si alguno flaquea o nos ponemos nerviosos a la hora de justificarlo, es porque debemos revisarlo y tal vez haya llegado la hora de modificarlo o actualizarlo.
Habitualmente las personas que opinan de todo y parecen autorizados a destruir a cualquiera, no saben debatir, apelan a los gritos o a la “cerrazón” para dar su opinión, muestran una absoluta inflexibilidad y buscan en todo momento convencerte de lo que ellos dicen es lo mejor. Pero la realidad es que necesitan tu aprobación para tener seguridad en ello, porque saben que si debaten sobre sus ideas se quedan sin fundamentos inmediatamente y esto los llevarían a destruir su creencias automáticamente, por eso rechazan el debate y la apertura.
Con todo esto lo que quiero transmitir es que pensemos a la hora de dar una opinión si vamos a aportar algo, si lo haremos desde nuestro ego, frustración o desde nuestra propia experiencia sin buscar convencer, porque cuando lo hacemos desde esta perspectiva, lo único que interesa es aportar ya que no se busca imponer nada ni bajarle la autoestima a nadie, porque cada persona debe ser libre e independiente para trazar su camino y tomar decisiones.
¿Se puede opinar de todo?, a mí me parece que no, pero si se pregunta, se investiga, se cotejan datos, se escuchan experiencias de personas y a partir de allí se construye una opinión sobre un tema determinado, por supuesto que se puede opinar sabiendo que siempre se puede mejorar nuestros datos y enriquecer así nuestras opiniones, sin enojarnos ni cerrarnos cuando se nos presenta algo mejor.