y se ve lejano ese momento,
con ilusión mal contenida,
con una esperanza insultante,
ante un previsible cambio
que pudiera deparar el futuro.
Se ven lejanos los días, y se ansía llegar a ellos,
donde se volverá a escuchar el canto de las aves,mientras los árboles se visten
con sus ropas nuevas
y se llenan de colores.
Se ve difusa una sonrisa que se busca
y se apetece, entre esa niebla del futuro,y sin embargo se la llama, se la implora,
y se la desea intensamente.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/18