Vivo en una calle estrecha de luces amarillas. Con ecos de hombre loco y gruñidos de agonía.
Me asusta tu seguridad, me da miedo. Arranco pelos, fumo, intento respirar y aguanto al otro desquiciado, al verdugo, pero no hay manera. Me siento mal. Vomito.
Tengo ganas de follarte; no sé si podré.
De que me folles; no sé si dejaré.
Meter la nariz en todo, eso quiero. Lamerte, gastarte.
Tengo en el bolsillo la lista de la compra: cervezas, atún y suavizante de la ropa.
Tengo una torre donde miro lo que pasa, ganas de tirarme y un epitafio escrito.
Soy un animal, no tengo alma: trozo de carne, agua y sangre, me descompongo.
Buitres mudos me vigilan, vuelan en círculos sobre estas letras.
Tengo manchas en la cara.
Tengo las manos pequeñas.